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¡Ya pues… ayuden a encontrar a MARSET!

Prácticamente es la imploración de los altos jefes policiales. Como policías sabemos que los resultados en la lucha diaria contra el crimen no llegan por casualidad. Muy aparte del profesionalismo es la experiencia y es el resultado de un esfuerzo que se construye todos los días, en esa línea la lucha contra el narcotráfico considero que desde el Ministro de Gobierno hasta el último comandante y jefes de Estado Mayor policial tenían conocimiento de la presencia de Sebastián Enrique Marset Cabrera. Cerraron filas en Conferencia de Prensa en defensa de un Director, porque Marset acusa en un video que un jefe de la policía “¡agarró platita!”. Dicho video es ¡Una amenaza al gobierno! ¡Es también una intimidación a través de la fisura más vulnerable a los policías que lo conocen! ¿Quién y cómo consiguió los tres carnets de identidad? ¿Cómo consiguió los documentos? Los militares, algunos Alcaldes Municipales por intermedio de ex militares están usurpando funciones policiales y creando peligrosamente grupos paramilitares. Lo único cierto es que la Policía desde que está a bajo control del MAS-IPSP, está en un completo caos y lleno de corrupción durante su mandato de 16 años. Recordemos que el policía es el ciudadano encargado de proteger a la comunidad. Su función es prevenir la comisión de delitos y esclarecer los ilícitos. Vale decir que las tareas que lleva adelante se orientan a resguardar la legalidad y, por ello, es crucial que su conducta se rija estrictamente por las normas vigentes y no de subordinación al partido político.

En ese sentido es la hora de emprender la campaña para recuperar la institución policial conforme decreta la C.P.E. Art. 251. “I. La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano. Ejercerá la función policial de manera integral, indivisible y bajo mando único, en conformidad con la Ley Orgánica de la Policía Boliviana y las demás leyes del Estado”. “II. Como institución, no delibera ni participa en acción política partidaria (…)”. Con la politización de la Policía aumentó la impunidad, también cometen delitos graves como el crimen organizado, el tráfico de drogas, tráfico de automotores, atracos, robos y otros. Como vulgares criminales uniformados carentes de valores morales básicos. Algunos afines policías al gobierno no respetan la ley y no tienen ningún sentido del deber, compromiso o lealtad. Desde que el MAS-IPSP administra el Estado la corrupción sistemática en todo el país se incrementó, la corrupción que está tan profundamente arraigada en todos los aspectos de la política y los negocios que parece que nunca terminará, convirtiéndose en algo casi común. El país está al borde del colapso, y pueden pasar varios años más mientras sigan administrando con el crimen organizado internacional.

¿No sabemos qué hacer? Las herramientas institucionales que implementaron los politiqueros no son adecuadas y nos urge llevar adelante, en el corto plazo, reformas judiciales, policiales y del gobierno de la seguridad que vayan al fondo de la renovación instrumental. Ello es un gran problema, pero no es el mayor. El escollo principal sigue siendo la relación entre esos mercados criminales y el uso que hacen sectores de la política y de las fuerzas de seguridad para financiar sus actividades y garantizar impunidad. Redes de financiamiento que hunden sus raíces en estos mercados criminales y que también son encubiertas por un sistema financiero sin mayor control.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo