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¿LOS HÉROES RECUPERADORES DE LA DEMOCRACIA?

En los últimos años se han exacerbado todavía más las contradicciones acerca del verdadero concepto de la «democracia» dentro de nuestro país; se han ido desmoronando las virtudes de la democracia; la lucha por la democracia ¿o por las libertades? Para la mayoría de los ciudadanos y por la mal llamada “clase política” —politiqueros— están alcanzado una envergadura enorme. En 38 años que me entero que habían existido héroes valientes recuperadores de la democracia, cuando las democracias nunca se las perdió.

¿Dónde habría estado perdida la “democracia”? La democracia como palabra y como Estado nació y se estableció en la antigua Atenas. Los principios básicos del régimen democrático de la antigua Grecia eran la igualdad, la meritocracia y la libertad de expresión. El vocablo “democracia” deriva del gr. (δημοκρατία) que es doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. La democracia es el Estado en el que el poder proviene del pueblo, es ejercido por el pueblo y sirve a sus intereses. Su característica principal es la toma de decisiones por voto de los ciudadanos, en democracia directa, o de algunos de sus representantes, en democracia representativa.

La verdad que todo hacen en el nombre de la “democracia”. En esta atmósfera el politólogo florentino Sartori, revela acerca de la democracia en su libro “Teoría de la democracia. 1. El debate contemporáneo” refiriéndose a la discusión científica de este período, aseverando que lejos de aportar algún progreso al tema, vino a enturbiar el consenso, la claridad, y a confundir el concepto. Después de la Segunda Guerra Mundial la democracia fue ganando partidarios hasta el punto de ser unánimemente reconocida por todos los científicos y actores en la arena política como la única forma de gobierno deseable, y al mismo tiempo fue despojándose prácticamente de todo contenido, convirtiéndose cada vez más en una fórmula vacía aplicable a cualquier cosa. En esa lógica las democracias las elaboran a la medida de un corte sastre convirtiéndola en un devaluado sistema de mayorías y de minorías.

La tendencia general hacia la descomposición del sistema de gobierno de la “democracia” ha seguido actuando con fuerza implacable. En todos los gobiernos del mundo especialmente en los “autoritarios populistas”, aunque se observa en ella cierto incremento caótico, lo que lo hace todavía más inestable como un enfermo de COVID-19 por la frecuencia de las temperaturas y las crisis suceden a los temporales malestares. En 38 años, Bolivia, ha ejercitado dos experiencias acerca de las democracias —representativa, participativa y comunitaria— bruscas formas de interpretación y manejo que nos trasladan a las crisis de orden político, y en todo este periodo democrático en el que aparecieron algunos MIRistas como recuperadores de la democracia, cuando fueron loe EE.UU. que cambiaron la estrategia de dominio de las dictaduras a una forma de control democrático. En estos 14 años pasados nos acostumbraron a los diferentes tipos de democracia para mantener la hegemonía de sus huestes populistas.

La civilización, la libertad y las disposiciones legales en la verdadera democracia sugieren la idea de la autonomía de los “Órganos del Estado”. La aplicación de los nuevos adelantos de las ciencias sociales y el progreso técnico, lejos de eliminar las insolubles contradicciones de la democracia, las hacen más inciertas todavía. Apenas si ha comenzado las campañas proselitistas y ya escuchamos las voces que se atribuyen “rescatadores de la democracia”, cuando vemos ya a millones de ciudadanos imparciales excluidos de su triunfo contra el gobierno autoritario, corrupto y narcopopulista. Los partidarios del MAS-IPSP querían encontrar en la “milicialización” para el control y producción de la coca y sus derivados como una salida democrática a las dificultades creadas, pero sus cálculos han fallado.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo