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¿MAS vs. MAS nos anega en el narcotráfico?

La falta de alternativas, la gran falta de creación de nuevas ideas, de gente nueva con ideales nuevos y diferentes a los intereses de las «Seis Federaciones del Trópico», han instalado en Bolivia la pérdida de esperanza y la decepción de todos los habitantes. Nuestra sociedad ha sido débil en la construcción de la unidad de la “nación boliviana”. El filósofo latino Cicerón interpretó el bien común en el sentido de utilidad pública (utilitas rei publicae), para diferenciar al verdadero gobierno justo, del que no lo era.

El inicio del fraccionamiento del MAS-IPSP empieza con el Viceministro Bobarín cuando critica al ‘jefazo’ y ‘jefismo’ del MAS (18/1/22); la captura de Maximiliano Dávila (24/1/22); el Ministro del Castillo arremete contra ‘dirigentes y diputados’ que se enriquecen con la coca (16/3/22); Desaparecen 800 kilos de droga incautada en Beni (24/4/22) y otros operativos a factorías de cocaína del otro bando. Pero ciertamente ¿se puede creer en un consorcio político en refriega interna entre la Facción más «radical» y la Facción «generacional»? Que es aprovechado desde el Ministerio de Gobierno quiénes tienen “secuestrada” a la Policía para destruir a las líneas de las “Seis Federaciones del Trópico”.

De esta lectura podemos sacar la presente hipótesis: Desde el denominado escándalo de Huanchaca (5/9/86). El mejor monopolio del mercado del narcotráfico es conservar al cliente (línea), o empezar con otro que sea la competencia. Es cierto que esto está indisolublemente ligado a la garantía de la «seguridad» en las transacciones como el primer principio: si su producto es de buena calidad y con garantía de «seguridad» para la circulación, los propios clientes (líneas) se lo contarán a sus amigos y conocidos de forma absolutamente gratuita, aumentando sus ventas. El mejor marketing es dar «seguridad policial» al cliente. Si desde hace más de treinta años que se da la protección al narcotráfico. El actual gobierno ¿no tendrá líneas que compiten contra las Seis Federaciones?

Del análisis se desprende que el consorcio MAS-IPSP absolutamente no cambiará en ideas y especialmente en movimientos con principios e ideales nuevos, no se puede esperar un nuevo partido. Porque no puede ser nuevo. La campante corrupción que penetró en los más altos cargos políticos hace que la mayoría de los bolivianos duden del aparato estatal. Los mismos que están empecinados para hacer cumplir el «Estatuto Orgánico» en el que “la militancia del MAS–IPSP ratifica el respeto al liderazgo nato del hermano Evo Morales”; para “la consolidación del “socialismo comunitario”, “para gestar la América Plurinacional de los Pueblos para los Pueblos”. Por lo que sus afines en función de gobierno están obligados de “acatar disciplinadamente las instrucciones de sus dirigentes y/o autoridades, guardar lealtad, respeto, solidaridad, hermandad, amistad, reciprocidad, honestidad, complementariedad y camaradería a sus compañeros y compañeras, cualquiera sea la jerarquía que estos tengan”. En pocas palabras similar a la estructura de gobierno cubano con el consorcio del MAS-IPSP como el órgano supremo del poder del Estado.

Es hora que la sociedad despierte, realmente interesarse en lo que está pasando. Pretender construir una sociedad así sobre los principios rotos, fétidos y embarrados, como hijas que han sido culpables durante 16 años como su famosa madre en la historia del robo, el contrabando, el narcotráfico, la corrupción, la codicia, el enriquecimiento y el crimen que es el consorcio del MAS-IPSP.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo