GOBIERNO CÍVICO-MILITAR-POLICIAL
Bolivia se encuentra en una terapia intensiva de salud, política, económica y de valores. Es cierto que en una época tan inquieta como la actual fuimos arrastrados por una pandemia que no esperaba el mundo, luego de un cambio de gobierno autoritario y delincuencial, una revolución inconclusa denominada «las pititas» que fue aprovechada por los mismos politiqueros corruptos; la mal llamada clase política que no tiene la capacidad de unirse a pesar de las exigencias del soberano; un Órgano legislativo de parasito, tenemos partidos políticos sin “líderes” pero con “propietarios” en el que los supuestos políticos son solo marionetas de los poderes detrás de ellos; un gobierno transitorio que demostró ser corrupto a los pocos días de asumir el poder; un gobierno que con elecciones o sin elecciones es y seguirá siendo un monstruo de dos cabezas —Órgano ejecutivo y Órgano legislativo— que continuará de la misma manera. Un futuro lleno de interrogantes. Pero, precisamente porque ahora los tiempos son serios, este acontecimiento se debe considerar en su esencia, sin darle ninguna interpretación complicada, adicional. Y en efecto, ¿acaso no es verdad que el Estado boliviano está bajo la situación en que hoy día se encuentra en un estado de caos?
Se trata precisamente de estos problemas álgidos, de lo que fueron en el transcurso de los 14 años pasados gracias a las condiciones supuestamente étnicas, geográficas e históricas que nos hicieron alucinar, y de lo que vamos siendo criticados por la influencia tanto del colosal progreso de la tecnología como del peligro de retornar al modelo de gobierno narcotraficante y corrupto que gravita sobre Bolivia.
Indudablemente, necesitamos poner «orden al desorden» que dejaron a las instituciones y en todo el Estado que necesariamente debemos retornar a las ideologías rígidas con un control social que le permitan a uno someterse a una autoridad, compartir su poder y exigir la devaluación de los demás en nombre de este orden, las pruebas por las que hemos pasado, 1a correlación de sus recursos en distintas épocas fue muy diferente, sus “intereses” engendradas por sus revoluciones condicionaron el carácter sumamente distinto de sus regímenes.
La sociedad honesta se encuentra en los distintos campos en que están divididos el MAS-IPSP y «Agrupaciones políticas atomizados». Para todos es conocido por qué y cómo ha sucedido esto. Sin embargo, parece como si hubiésemos alcanzado una fase en la que ambas partes tienden a unificarse en cualquier etapa de la gestión administrativa del gobierno para repartirse —saquear— el erario nacional o lo que queda del erario nacional que nos conducirá al aniquilamiento.
Si bien hemos salido del proscenio de un narco gobierno corrupto, seguimos con enorme atención todo lo que está ocurriendo. Esto nos lleva a pensar que es urgente establecer un gobierno «cívico-militar-policial» patriótico por el lapso de un quinquenio para solucionar la tirantez política y, pueda ser que un buen día estemos estableciendo una verdadera democracia con nuevos y verdaderos lideres honestos. Está completamente claro que es necesario salvar a Bolivia en el espíritu del realismo. Nuestro deber es sentar el cimiento, ya que, en fin, de cuentas, se trata de servir a la causa más sublime, a la causa de nuestro entorno societario, podemos organizar la paz, ¡qué luz brillará en Bolivia!
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo