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PARTIDOS POLÍTICOS, CAUSA DEL DESASTRE NACIONAL

Con respecto al problema de las «Fuerzas Políticas» hemos hecho ya bastantes manifestaciones en las que exponíamos nuestro punto de vista con haría plenitud. “Un partido político es una organización estable que tiene como objetivo principal la conquista y ejercicio del poder político, con el fin de organizar la sociedad y el Estado de acuerdo con la ideología e intereses de los sectores sociales que representa. (Calero: 1986; 12); la Ley 026, expone: “ORGANIZACIONES POLÍTICAS. Son todos los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y organizaciones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos con personalidad jurídica otorgada por el Órgano Electoral Plurinacional, que se constituyen para intermediar la representación política en la conformación de los poderes públicos y la expresión de la voluntad popular”. Los partidos políticos juegan un papel importante en la actualidad, no se podría entender las democracias liberales sin ellos.

¿En Bolivia los partidos políticos intermedian nuestra representación? El problema no es el sistema electoral, sino que está relacionado con la forma en que funcionan las democracias y la forma en que funcionan los partidos políticos. Como ejemplo la «masacre de “octubre negro” 2003» dirigido por Sánchez de Lozada y sus socios Jaime Paz y Reyes Villa que ahora pretenden darnos lecciones de patriotismo, política, libertades, democracia, ética y moral.

La supervisión del Parlamento (Asamblea Plurinacional) ya se ha convertido en «madriguera de conspiradores». Parecería que hacen algo por los ciudadanos, pero en realidad hacen lo que vemos todos los días, es una institución de parásitos, donde la toma de decisiones, revisiones, iniciativas, han perdido una gran parte de sentido.

Hay una gran paradoja con el Órgano Electoral. Si observamos el nombramiento oficialista de Romero en noviembre 2019, la principal promesa de la presidente era de “convocar a elecciones”, no proclamarse candidata y dentro de este período habría elecciones. Nos están empujando hacia un escenario de violencia, pero no a una solución que resuelva las cosas que conciernen a los ciudadanos. Urge una reforma electoral, deberíamos tener un paquete relacionados con el sistema electoral, si hay cosas que cambiar, en estas elecciones o en las próximas elecciones, relacionado con la reforma completa de la ley de “Organizaciones Políticas”. Puesto que en Bolivia las organizaciones políticas se administran como “empresas privadas” en el que no hay “líder”, sino “gerente propietario”, que como en octubre de 2003 los diputados y senadores no obedecieron la voluntad del soberano; sino el interés de los dueños de la sigla.

En lo principal los partidos, no logran realizar elecciones democráticas dentro de ellos, ¿esperamos que esos partidos nos traigan la democracia? No tenemos reformas en ningún partido. No quieren ser democráticos. Todos los partidos quieren ser líderes, liderar en la línea vertical, clanes de personas poderosas que orientan a los respectivos partidos. De hecho, no tenemos elecciones genuinas para líderes en partidos políticos y cuadros. Entonces, tenemos un clientelismo total que no tiene nada que ver con la política normal que se basa en ideas, ideologías y programas.

A la mayoría de quienes no vivimos de la política. Nos gusta la voluntad inquebrantable de servir a Bolivia, de ser patriotas. Eso nos impone porque todas nuestras actividades se circunscriben al servicio de nuestro país y queremos ser fieles patriotas. Por eso estimamos y respetamos “las libertades”. La posición de la gran mayoría de los bolivianos no significa de ningún modo que abriguemos alguna esperanza de que los filibusteros de la política cambien sus criterios políticos y se pase a las posiciones de nuestra filosofía de convivencia pacífica. Como ciudadanos sensatos comprendamos los criterios sobre problemas tales como la organización social del Estado y su régimen político, naturalmente, respetando las posiciones diametralmente opuestas. En ese sentido de la realidad no abrigamos ilusiones a ese respecto.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo