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SE TIENE EL GOBIERNO, PERO NO EL PODER

Desde que asumió la presidencia de Bolivia el nuevo gobierno al parecer se está dando una pandemia de denuncias contra los Directores, Gerentes y Jefes de las instituciones estatales argumentando malos tratos, discriminación y abuso de autoridad. Dentro la nave del Estado Plurinacional los servidores públicos (400.000 empleados aproximadamente, minuciosamente seleccionados) están todavía tratando de sobreponerse al problema de la renuncia de Evo Morales a la presidencia del Estado. Estos equipos fueron ideologizados con la mentalidad de “militantes”, “soldados del Proceso de Cambio” desde el año 2006, durante la gestión del gobierno del MAS-IPSP, en una época de formación y fortalecimiento de cuadros en YPFB, Huanuni, ENTEL, DATACOM, Órgano Judicial, Ministerio público, Magisterio —Urbano/Rural—, salud y demás instituciones públicas.

Para explicar el comportamiento de los denominados soldados del Proceso de Cambio debemos reconocer que estas actitudes son evidentes, partimos del significado que los individuos le dan a su propio comportamiento de lealtad, elecciones y decisiones. Suponer a los actores individuales como productores activos de lo social, y no como agentes pasivos, conduce al análisis del ‘poder’, no como un dispositivo creado y controlado por un solo individuo, es decir, como un poder personal, o por un grupo, es decir, una “oligarquía”, pero como producto de un proceso interactivo entre quienes gobiernan y quienes son gobernados. Esto plantea la cuestión del modo de participación de los diferentes actores (soldados del Proceso de Cambio) en la construcción y acción de este poder. Por lo tanto, es esencial determinar las formas de contingencias que acompañan la llegada de los líderes en el poder y su mantenimiento, pero también el margen de maniobra y acción de quienes lo encarnan y los que están sujetos a él.

El Estado totalitario establecido por Evo Morales y Álvaro García Linera desde 2006 se caracteriza por la sumisión total y la obediencia ciega al grupo palaciego que rodeaba al líder designado como “Evo cumple”. La propaganda, el control de los servidores públicos, el pago de aportes y la represión fueron los principales medios que utilizaron para obtener esta sumisión, admitida por los soldados del Proceso de Cambio. Porque, por ejemplo, estos funcionarios públicos han ocupado cargos durante muchos años bajo el gobierno de las autoridades anteriores. Tienen amplia experiencia en el gobierno y no son unos recién llegados en absoluto; quienes, por un poco de moral, o de vergüenza deberían poner sus cargos públicos a disposición de las nuevas autoridades.

El gobierno de transición debe tener capacidad institucional, que es el mayor desafío y prioridad. Debe reforzar lo que hemos logrado en nuestro país y lo que hemos hecho dentro del mandato otorgado en los Cabildos para los ciudadanos que hoy ostentan el poder. Ese es el mayor desafío.

Pero el gobierno, el poder continúa en manos de la gente del “viejo sistema político” que, a través del “enclavamiento”, que sirvió y sirve como grupos de presión específicos a lo largo del tiempo. En otras palabras, el Estado permanece en manos del MAS-IPSP, quienes se oponen implacablemente a tratar de cambiar las cosas. Solo el marxismo elemental requiere que recordemos que el poder es secundario a los “sistemas políticos” y los “enredos”. Ante todo, el poder es el poder de una clase, y menos de sus “aliados”.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo