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Órgano legislativo entre politiqueros y politiqueros

Es muy importante la labor de los asambleístas nacionales por constituirse en los mecanismos de control otorgados como autoridades legislativas, porque el control tiene un impacto significativo en la vida parlamentaria y en el trabajo político realizado por el gobierno nacional, a fin de influir en él a través de su toma de decisiones, y en la medida en que la efectividad de ésta sea “mecanismos de control”, en la medida en que el trabajo parlamentario sea efectivo en el sistema político imperante en el Estado Plurinacional.

En los últimos días todos en Bolivia sólo hablamos de la maniobra de los opositores MAS-IPSP vs. MAS-IPSP (Evo/Arce) y, sinceramente, ¡ya no son soportables! Todos nos convertimos en analistas políticos, críticos, investigadores sociales, toda Bolivia profesa, todos aconsejan, todos creen tener la razón, pero nadie dice qué.

Decimos ¡Los únicos que no deberían hablar en absoluto, ni siquiera decir una palabra, son nuestros autodenominados “políticos”! Si hemos llegado a este punto ¡Gran parte de la responsabilidad recae únicamente en ellos! Aquí porque: Nos representan no democráticamente, sino oligárquicamente, representando al amo del partido, y no al soberano, por ser elegidos por la dirección del partido. Algunos más, otros menos, todos han gobernado en los últimos dieciocho años, con el único objetivo de denigrar al oponente político, sin hacer propuestas serias, tratando sólo de satisfacer intereses particulares o de pequeños grupos, para evitar la desintegración del partido político.

¡Habría mucho más que decir! Han pasado muchos años desde que la “corrupción política” penetró profundamente en los cerebros y en los bolsillos. Desde los años ochenta (retorno de la democracia). Nadie condenó el sistema corrupto, la gran mayoría de quienes practican la política lo tomaron como una novia famélica, inyectándole silicona tanto como pudieron, y ahora le crecieron sus atributos y le están pasando la factura a los bolivianos, comportándose como verdaderos alcahuetes. Los partidos políticos convirtieron al “animal político” en ciudadano sin sentimientos, sin moral, sin identidad y sin patria. Le lanzaron un puñado de polvo para cegarle los ojos y no ver más allá del dios partido. El filibustero politiquero ha afilado sus dientes esperando el momento de morder a cualquiera para satisfacer sus veleidades.

Los bolivianos necesitamos una salida al caos de las últimas décadas. Bolivia necesita patriotas que “cambien el sistema político” con una “nueva Ley de Organizaciones Políticas” que no sean de cuño empresarial, ni de “propietarios” para que ilumine las mentes de los verdaderos políticos bolivianos.

¡Recordemos que los líderes no existen sin seguidores y el seguimiento consciente también es liderazgo! La mayoría de los bolivianos esperamos que esta crisis que atravesamos pueda dar lugar a una nueva conciencia y garantizar que los nuevos actores políticos del futuro sean mejores que los de hoy.

¡Todo esto es posible, pero depende, ante todo, de la sana voluntad de nosotros!

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo