Narcotráfico, política y MAS-IPSP: Un dilema para los bolivianos
La metáfora «Nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de las elecciones». (Otto Von Bismarck; 1815 – 1898). ¡Así! ¿Se dan cuenta cómo la política del momento se justifica a través de metáforas que provienen de la vida real? Bolivia entera son testigos de la ventiladora que sopla el excremento sobre el Consorcio Político denominado MAS-IPSP, que no sólo habían sido accionistas los seudo indígenas, tampoco solo los ex “colonizadores”, hoy «interculturales», mineros y etc. etc. Sino también gente relacionada con el “crimen internacional” ¡Que no subestimen la inteligencia de todos los bolivianos! ¡Esto explica claramente la advertencia del ministro Del Castillo, que dijo: “hay dirigentes y diputados que ‘se están llenando los bolsillos’ con la coca”!
Es cuando vemos en el MAS-IPSP dos partes sin cabeza, sin cuerpo, y sobre todo sin aliento, creemos que la primera cabeza ya no nos engañan con etiquetas, etiquetas de falso socialismo, que muestran la verdadera etiqueta de la corrupción carcomiendo la estabilidad política y económica, arruinando la vida de personas y dañando a las comunidades con su aspecto de “populismo”; tomando prestada la jerga del jacobinismo “izquierdista” y la otra con un rostro de cambio generacional sobre los mismos cimientos de la corrupción, el narcotráfico y del contrabando: ¡No vemos nada nuevo en estas dos cabezas!
Pero ¿por qué perder el tiempo? La gente está harta de mentiras. Ha perdido la fe en los políticos. Y el pueblo no tiene nada de culpa, porque los politiqueros no merecen ninguna confianza. Entonces ¿qué saldrá de esta “champa guerra”? ¿Nada? El pueblo boliviano en su conjunto debemos exigir que de una vez se pronuncie el Ministerio Público ante las graves denuncias del diputado Cuéllar, que vincula al vicepresidente del MAS-IPSP García, con un filántropo narcotraficante que supuestamente agradece por sus grandes y generosas contribuciones para “campañas electorales del MAS-IPSP desde 2014 hasta 2017. Y corresponde de oficio al Tribunal Supremo Electoral (TSE) aplicar la Ley Nº. 1096 de Organizaciones Políticas y cancele la personería jurídica del consorcio político MAS-IPSP. El pueblo boliviano honesto sabe que la ley se aplica a todos porque no reconoce fueros ni privilegios, y Dios sabe qué clase de personas son las que el pueblo juzga honestas.
Si el «caos», que ha estado reinando durante más de catorce años en la Bolivia de Evo Morales, continuara por algún tiempo, con los cachorros azules que parieron. Entonces queda poca esperanza para el optimismo y me temo que esto será lo mismo. Esperemos que los nuevos “actores políticos” sean asesorados de las ideas del Bien Común y se haga el trabajo. Y si sucede lo inesperado, si Bolivia —palabra fatalista— sucumbe al narcotráfico seremos presa del crimen internacional.
Ante una causa patriótica como esta, no será en vano derramar las lágrimas como predicando en el desierto. Tengamos fe en la tarea de los políticos honestos, profesionales, militares y policías patriotas, ahora debe ser por la patria, apoyando lo que en justicia está escrito en la C.P.E. y las disposiciones legales, porque la ciudadanía precisa de garantías de conciencia y trabajo, sin pedirle cosas imposibles a la otrora generación arcaica y corrupta.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo