GOBIERNO vs. gobierno: CHUWITA YAKUJINA
En el lenguaje español “clarito como el agua”. Los dirigentes del MAS-IPSP y del actual gobierno de Bolivia el Movimiento Demócrata Social (hoy JUNTOS) son los principales que no quieren elecciones, porque prorrogándose ellos continúan en los cargos asumiendo el rol de los regímenes autoritarios que están utilizando la pandemia de COVID-19 como pretexto para fortalecer y extender poderes injustificados. Pese a la crisis de la pandemia —o quizá precisamente por ello— las candidaturas afloran y el termómetro político sube, a despecho de los llamados a la “defensa por la salud y la vida” del cual que no se pronuncia el Tribunal Supremo Electoral (TSE), árbitro del proceso.
Detalle interesante, luchan «el GOBIERNO contra el gobierno» antiguos filibusteros en la Asamblea Plurinacional —sin diferencias en sus intereses particulares y sectarios— dentro de los dos grandes consorcios políticos que se reparten el poder y se protegen de la justicia desde la huida de Evo Morales el pasado 2019: el MAS-IPSP y JUNTOS.
Esas coordenadas están marcando agónicamente la gestión de la presidente Añez. Aunque han decrecido en las encuestas ADN, CC, CREEMOS, FPV, LIBRE 21 y PAN-BOL, cayeron o se estancaron en las preferencias. “CC” con Carlos Mesa, que participo en la anterior elección con un resultado satisfactorio, ha visto decrecer su popularidad. Aunque conserva una buena imagen personal, además que los últimos meses comunicadores sociales a la cabeza de quienes trabajaban en PAT cerraron filas para apoyarlo, no así los propietarios de los medios. Con ese cuadro, es lógico que las expectativas de cambio se desplacen hacia una posible alianza, siempre y cuando tengan el aval de los Estados Unidos, quien adversa con algunos acompañantes de la alianza JUNTOS.
Mesa ha encarnado dentro de CC como un líder más o menos popular, no muy comprometido con reformas sociales, más bien marcado por sus actuaciones junto al MAS-IPSP en la desastrosa “demanda marítima”, y tenido como entusiasta por la personalidad de Evo Morales —aunque condicionado—, su verbo frecuentemente criticó posteriormente al populismo cocalero. Quien también tienen que dar explicaciones respecto a algunos casos de corrupción y de un escándalo por su relación con la Red PAT.
Algo semejante ocurre dentro de los dos Órganos del Estado, el Órgano ejecutivo y el Órgano legislativo, con la diferencia de que Añez no controla tan férreamente las instituciones y el aparato que administra el Estado, mientras que el MAS-IPSP las tiene todas consigo en cuanto a imagen, sobre todo después que los seguidores de Evo Morales frenan las propuestas de leyes del ejecutivo. Los servidores públicos del MAS-IPSP dentro el actual gobierno, aún mantienen muchos lazos con Evo Morales y, también, con los políticos de la alianza JUNTOS, asimismo en las FF.AA. y la Policía, y por ello rivales en el pasado y en el presente de Carlos Mesa y en el futuro su difícil aliado.
Hasta ahora realmente hemos visto una catastrófica falta de liderazgo en Bolivia, ya que no hay nuevas ideas, no hay nuevos actores políticos. No existe un plan serio sobre cómo lidiar con una emergencia o una crisis económica. Y aún no hemos visto lo peor. Sera peor si la epidemia y la crisis económica afectaran a los países en desarrollo de América Latina. ¿Cuándo veremos un plan global para resolver tanto la epidemia como la crisis económica en Bolivia?
La tasa creciente de propagación de la infección, el crecimiento significativo de las tensiones económicas y sociales son una seria amenaza para nuestro país. Para evitar una catástrofe humanitaria, se necesita un nuevo gobierno anticrisis que, al unir todas sus fuerzas, saque al país de esta difícil situación. Por lo pronto únicamente tenemos a la vista un gobierno igual al que estamos viviendo el gobierno del Órgano ejecutivo y el otro gobierno el Órgano legislativo existe un efecto de tranca del poder, es decir que las nuevas prerrogativas adquiridas durante una crisis tienden a ser mantenidas mucho más allá del final de esta crisis que invadió los cuerpos democráticos, debilitándolos, hasta llevarlos al punto de hacerlos desaparecer.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo