FRENTE AL 21-F Y LA OMNIPRESENCIA DEL GOBIERNO DEL MAS-IPSP
¿Elecciones democráticas o simple show?, ¿Elecciones primarias legítimas o maniobra para legitimar la repostulación de Morales-García Linera?, ¿Lealtad de los partidos políticos o maniobra para debilitar a las Plataformas Ciudadanas?, ¿Verdadero cambio de política independiente del T.S.E. o simplemente variante al sometimiento oficialista? Estas son algunas de las dudas que surgen a medida que pasan los días acercándonos a la determinación del T.S.E. acerca de la repostulación y el cumplimiento a los Artículos de la CPE. 168 y 410 y 15 y 190 de la Ley del Órgano Electoral.
Luego de la estrepitosa derrota jurídica en la CIJ-Haya, la consolidación de la perdida perpetua de las aspiraciones de “soberanía” en el anhelo del retorno al mar la realidad boliviana se nos fue a los pies y la cabeza quiere volver a su sitio. Políticos, politiqueros y apolíticos volvieron la atención con “la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser aspirantes al retorno al mar con soberanía” nos encontramos con un obsequio electorero “pago del doble aguinaldo” atentaría a la economía que anuncia nuevas catástrofes económicas, con la crónica del contrabando de alimentos por la falta de alimentos nativos, con el agregado del alza de los precios en todos los productos en el mercado nacional ante la incertidumbre de los precios (pasaje en taxis, radiotaxis, heladerías, restaurantes, etc., etc.), con los supermercados y almacenes remarcando un aumento.
Los “idus” de Venezuela y Nicaragua llegaron muy temprano, cuando todavía soñábamos con un mar con soberanía. Quizá por eso sólo se alegraron los cocaleros del Chapare, los contrabandistas y los amos de la industria sin chimeneas. ¿O no fue por la hora esta indiferencia por saludarlos o insultarlos a responsables de la defensa marítima como al Primer Mandatario, al agente y embajador ante La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé; el ministro de Defensa, Rubén Saavedra (Eduardo Zabaleta); el procurador general del Estado, Héctor Arce; el ex canciller David Choquehuanca (Diego Pary), a los representantes de la Dirección Marítima (Diremar) y también al vocero oficial Carlos Diego Mesa. El libreto fue habitual: “tuvimos una defensa progresista, no conservadora”, “no es para tanto”, “Bolivia ganó”, etc.
En poco tiempo pasaron tantas cosas o nos dimos cuenta de tantas cosas, que manejaron políticamente las aspiraciones legítimas de la esperanza marítima y su show masistoide, que era nuestro anestesiante preferido, está volviendo a su lugar. A ser una parte (de esperanza utópica) pero nunca más el todo.
Los ciudadanos de a pie que se juegan por la defensa del 21-F, que viven en otro mundo de los intereses particulares y de grupo que buscan quienes hacen política, no se dieron cuenta. Que la nueva ley de Organizaciones Políticas había sido consensuada con los dirigentes de los partidos políticos tradicionales y el T.S.E. Por eso siguen en su trinchera por la defensa del 21-F, mientras que los políticos y politiqueros egoístas llegaron se olvidaros del “Bolivia dijo No”. Como si no pasara nada. Y aparentemente tienen razón porque les retuvieron las cosas, pero nadie quiere decir por qué. El régimen del MAS-IPSP no ha erradicado todos los demás problemas: la pobreza, la inseguridad, la corrupción, la ineficiencia burocrática y la destrucción del medio ambiente. Esta actitud es la que debe preocuparnos frente al “fin de ciclo”. Por lo que es necesario organizar:
- Fortalecer la determinación de la mueva mayoría ultrajada y su confianza en sí mismos a través de las Plataformas Ciudadanas, y mejorar sus habilidades para oponer resistencia;
- Fortalecer grupos, Plataformas Ciudadanas e instituciones sociales independientes que estructuren a la población ultrajada;
- Crear una poderosa fuerza ciudadana cívica patriótica de resistencia interna;
- Desarrollar un plan estratégico versátil general para un lanzamiento sensato e implementarlo de manera competente;
- Y de ser necesario llegar hasta la dinámica de la desobediencia civil.
Porque la actitud servil de los miembros del T.S.E. este 19 de octubre posiblemente avalaran la respostulación de la formula oficialista. Así se hacen las cosas y se pretende que todo quede igual. ¿Por qué no tenemos derecho a saberlo todo? Parecemos condenados a vivir a libro cerrado, sin derecho a pedir cuentas, sin obligación de rendirlas. Antes, porque no nos dejaron hablar y ahora porque el que habla puede poner en riesgo la unidad o vaya a saber qué ¿Qué unidad puede construirse sobre sujetos que no cumplen la C.P.E. y las demás disposiciones legales? Cuando el agua no corre se estanca y sobre los charcos sólo prospera lo peor de nosotros: complicidad, miedo, paternalismo, conformismo. Todo eso genera, tanto en un orden menor, los que no quieren saber de la política, como en un orden mayor, los dirigentes políticos, estrategas políticos y sus allegados, un clima artificial que la aleja de las cosas como son y los empuja al fracaso. La omnipotencia e impunidad produce soberbia. El olvido es una necesidad fisiológica. Nadie podría vivir recordándolo todo, encandilado por el espejo retrovisor. Pero entre nosotros esa goma de borrar se quiere usar al galope. Y no puede ser. No debe ser. Hay que recordar para no repetir ya que los hombres o los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo.
Y han pasado 36 años del periodo de las dictaduras militares para ingresar en la era del autoritarismo populista ¿No pasó nada, salvo que en 2003 todo es peor que en 1971? así como se nos cayó la venda de los ojos con la reivindicación marítima también comprendemos que la economía es la prolongación de la política. Y si el panorama político tiene pronóstico reservado eso se refleja en el predictible comportamiento económico. No se puede separar una cosa de otra, como no se puede separar el pensamiento (la política) de la acción (la economía).
¿Con qué cara nos presentamos los ciudadanos ex tercer mundistas, ahora emergentes después de 193 años de propósitos de independencia? Los pobres y llenos de deudas tienen muy poca independencia porque dependen de los demás, aunque se enojen si uno lo dice. Tanto odian a Estados Unidos, que nació tan poco como Bolivia (ellos en 1776 nosotros en 1825) nunca alteró su vida institucional y cada cuatro años cambia o reelige presidente. Por eso, más allá del penoso regreso de los dirigentes políticos (viejos) y su letargo desde su confort, es muy saludable el intento de muchos bolivianos de volver a la realidad porque sólo mirándola con los ojos muy abiertos la podremos cambiar, podremos dejar de oír el canto de sirenas del Pacifico que llegue hasta la Bolivia decadente donde “la irrealidad es la única verdad”.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo