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¡Señor militar solicito autorización para mi autito chuto!

Tradicionalmente conocíamos sobre la concepción del honor militar basada en el coraje, la valentía, el heroísmo, pero también en el sacrificio. Cualquier profesión, habitualmente, se ejerce desde una visión ética, y toda visión ética conlleva una definición de lo que es una profesión y un buen profesional.

Una vez que los políticos a través del Ministerio de Defensa, sometió a las FF.AA. para la voluntad política. Transfirió decisión política en lo administrativo y operativo en los programas del “Servicio Premilitar”, la “¿lucha? contra el contrabando”, trasladando dicho comando operativo a sus instalaciones y otras secciones estrictamente militares a merced de civiles y uno que otro militar servil. Estos últimos años, además de la importancia de la Constitución, debemos prestar especial atención a los casos de su vulneración. Existe un Estado, donde se debe aplicar correctamente la ley. Que todos los ciudadanos en una democracia obtengan lo que les corresponde según la ley, y sean castigados quienes infringen la ley. Que la ley actúe contra esos funcionarios que empañan la imagen no solo de las FF.AA., sino también la del Estado, contra quiénes abusan de su cargo, contra el ladrón, el defraudador, el corrupto. Si la ley funcionara, todos nos volvemos iguales y todo va en su lugar. ¡Oh Estado! ¿Dónde estás…?

La forma en que ahora se manejan a la profesión militar, la están desprestigiando. Los factores subjetivos que determinan la posición de uno en la sociedad son conscientes, en otras palabras, de cómo uno se siente y se comporta. El oficial superior y el oficial subalterno están en primera línea en los campos de instrucción y en las operaciones junto a los soldados. Lo mismo muere por la patria que el soldado, no hay diferencia.

Pero en el denominado Estado Plurinacional, algunos militares perdieron la cabeza y olvidaron cumplir las funciones específicas de conformidad al Artículo Nº 57 de la Ley Orgánica de las FF.AA. Además, infieles a su juramento de defender la soberanía. En las condiciones actuales en las que el pueblo boliviano está siendo anegado por el narcotráfico y el contrabando, en medio de los pedidos de hacer cumplir la Constitución contra la felonía del tirano, los militares no están al lado del pueblo. Los medios de comunicación vergonzosamente publicaron que: “efectivos firmaron un documento para no decomisar autos chutos que fue confirmado por las autoridades aduaneras la veracidad de un video en el cual se muestra que funcionarios y militares fueron retenidos y obligados a firmar un acta de compromiso para no comisar vehículos indocumentados o “chutos” de comunarios de Calamarca.

Desprestigio que no garantiza que los militares profesionales sigan estando asociados con el honor y la dignidad. La responsabilidad social de la institución militar le exige, de forma principal, mantener y promover una ética profesional que sea la base de la virtud y ethos militar de sus componentes, mostrando de ese modo la excelencia y calidad moral de los ejércitos de Bolivia, es decir, reflejo de cómo el militar asume su responsabilidad como instrumentos del Estado al servicio de la sociedad a la que sirven y de la que forman parte. Y no al servicio político del gobierno del MAS-IPSP.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo