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¿Por qué merecemos 500 años MAS del MAS?

Existen miles de anécdotas de destinos humanos no contados y no escritos que dieron sus vidas en un intento por salvar a otro hombre, y ¿los policías que “replegaron servicios” para evitar enfrentamientos y muertes de inocentes? El mayor Morales y el sargento Cáceres fueron sancionados con la baja definitiva de la Policía, por su participación en el “supuesto motín” de 2019 que llevo a la dimisión y cobarde fuga del expresidente Evo Morales. Suman al menos 19 uniformados sancionados disciplinariamente. De los militares y de los policías sus propios camaradas son testigos y algunos sus verdugos olvidándose de la “doctrina”, y de los valores de “lealtad” y “espíritu de cuerpo”. Los miembros de la “RJC” hermanos Bascopé, Molina y Milena Soto, afrontan encarcelados el proceso por disturbios y violencia generada en Sucre en 2019-2020 —no pertenecen a los héroes—.

La justicia rara vez está por encima de la ley y, a veces, el veredicto final lo da la historia en lugar de la corte. Sabemos de gente que nunca han sido condenados por los crímenes más graves que crearon un clima de caos y de violencia luego del develamiento del fraude electoral con un padrón electoral viciado, bloquearon el paso de oxígeno en plena pandemia, violación a mujeres, barbarie, terrorismo contra la población civil, violencia política, amenazas con hacer explotar la Planta de Senkata. Dicho conflicto postelectoral tomo rumbos racistas que pudieron desembocar en una guerra civil por gente nacional y extranjera que hasta hoy día son los mayores verdugos en la historia política en Bolivia.

¿Por qué los policías y los grupos de civiles que salieron a defender a la ciudadanía indefensa, no tiene su bien merecido y pagado lugar de héroes en Bolivia? A los bloqueadores se les ha consagrado derechos de presunción de inocencia, un ejemplo delincuencial es quién destrozo un monumento histórico en La Paz. Hoy en día que existen algunos malos policías al servicio del MAS-IPSP que son parte de las bandas de narcotraficantes, ladrones de autos, militares dedicados al contrabando y algunos cuarteles que son acopio ilegal de cosas de contrabando. Tienen mayores prerrogativas con la justicia. ¿Acaso tenemos una institución que defiende y conserve la independencia nacional, la seguridad y estabilidad de la patria, la soberanía nacional, asegurando el imperio de la C.P.E.? ¿Acaso el ser delincuente los convierte en “defensores de la sociedad”? En el actual estado de cosas es lo mismo ser un sabio que en vulgar delincuente. Porque ¿“son todos iguales”? Sin embargo, no son iguales, ni cuando pueden ser todos iguales. Los policías y los jóvenes de la RJC dieron su valeroso aporte para salvar a la ciudadanía de los malhechores, lo que en nuestros “Estado Plurinacional” es un “pecado”.

Lo bolivianos debemos despertar de la amnesia recordando los momentos más dolorosos de octubre 2019 y nos convirtamos en un país donde se valoren y respeten las virtudes humanas como el coraje, la humanidad y la solidaridad. Sólo entonces la obra de los héroes contra la violencia y los violentos obtendrán el lugar y el valor que se merecen. En una tierra de violencia, narcotráfico, contrabando, corrupción, odio, codicia, racismo originario, corrupción y delincuencia, no hay lugar para las personas honestas. Mientras el valor de un “hombre” se mida por su sometimiento a un consorcio politiquero, no hay libertad, ni vida, ni prosperidad, pero tampoco Estado. Por estas muestras de indiferencia, por la apatía, por el conformismo o por el oportunismo merecemos la sentencia del presidente de las seis Federaciones del Trópico: “[Los indígenas] vinimos para quedarnos 500 años”.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo