No “MAS” descredito a la institución policial
La policía es una de las instituciones sociales importantes de la sociedad moderna. Como parte importante del sistema de aplicación de la ley, la policía desempeña una serie de funciones sociales especializadas, que apoyan a la estabilidad y el desarrollo progresivo de la sociedad, manteniendo el orden social. Por lo tanto, la percepción del ciudadano sobre las actividades de la policía, su punto de vista en la conciencia pública es de gran importancia.
Los ciudadanos y más aún los policías del servicio pasivo y activo no estamos haciendo respetar la institucionalidad, mucho menos el decoro de una institución pilar fundamental de la patria y crisol de la nacionalidad. El concepto de “policía” y “coacción” no son lo mismo en el aspecto legal, y sólo se cruzan, porque la policía no siempre se asocia con el uso de la coacción (advertir al público sobre el peligro inminente, las medidas de vigilancia policial, la investigación del crimen). La siguiente correlación entre los conceptos de policía y coerción se tomó como fuente: la policía tiene el derecho de usar la coerción (por supuesto, en forma de medios obligatorios permitidos por la ley) solo cuando no puede realizar sus tareas sin ella. Sin embargo, cuando existen gobiernos autoritarios y/o totalitarios obligan a abusar de la violencia legitima para sus fines.
Como todo “pajpaku” con víbora e hipnotizador, cuales sátrapas delincuentes carismáticos son los politiqueros sombríos, al igual que hay tantos “banqueros torcidos”, como tantos galanes estafadores. Sin embargo, el político de ahora, es un delincuente excepcional, ya que es un miembro activo de una sociedad donde se le permite auto-amnistíarse “haciendo la ley” como gángsters vulgares y subalternizando a algunos funcionarios policías.
Que tienen el discurso de ¿luchar contra la corrupción interna de la Policía Boliviana? Es una gran ficción desde tiempos inmemoriales lo más próximo que podemos recordar a este gobierno es la falacia sobre una purga por los casos de corrupción desde la Resolución de la Comisión de Constitución Justicia y Policía Judicial de la H. Cámara de Diputados de 9 de julio 1987; acerca de la lista de policías “burros y corruptos” 1999; los CDs del caso Gral. Sanabria enviados por el Gran Jurado y etc. etc.
En la imaginación de millones de ciudadanos, la corrupción de algunos malos policías aparece generalmente vinculado a la noble institución del orden. Sin embargo, no se debe excluir que la dependencia funcional al Poder Ejecutivo es la esencia de este mal que daña la imagen institucional y conlleva a lógica la desconfianza de la ciudadanía.
En el libro “El Príncipe” Maquiavelo da prodigiosas lecciones a la gente, simulando asesorar a la nobleza se apega al sistema republicano colocando manifiestamente en la línea del humanismo cívico del Renacimiento, basado en la tradición aristotélica; La virtud es el fin supremo del hombre que alcanzará a través de la actividad cívica. Sin embargo, la virtud política de Maquiavelo no es un objetivo ético en sí mismo, sino la prudencia, la firmeza, la justicia y el poderoso sentido de la persuasión para mantener la estabilidad del Estado.
Por lo tanto, la policía en la sociedad moderna a menudo se define como una organización profesional cívica específica que utiliza el poder del Estado para proporcionar servicios al público para garantizar la seguridad personal de los ciudadanos y la seguridad pública. Y no así funcionar como el guardia pretoriano a los intereses sectarios de ningún gobierno corrupto donde algunos policías corruptos hacen su agosto protegidos por los políticos.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo