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¿LEYES SINÓNIMO DE CORRUPCIÓN, DELINCUENCIA E INCOMPETENCIA?

Yo no sé si Cochabamba, en medio de sus severas dificultades, está en camino de constituirse en un fenómeno muy interesante respecto a los gobiernos subnacionales. Caracterizado desde el retorno de la democracia 1982 por una casi permanente inestabilidad política, surge desde el partido político Movimiento Demócrata Social (MDS) en 1 de junio de 2015 la esperanza democrática para los cochabambinos que resultó con el tiempo, paradójicamente, en el municipio con una figura kakistocrática (los peores gobiernos) del alcalde municipal, su entorno y su consorcio familiar.

Pues ya no estamos simplemente ante la corrupción tradicional. Eso, por ejemplo, del contrato de adjudicación irregular de comida a la empresa Bunker Grill. Desde la Ciencia Política en la “cleptocracia”, analizamos una conducta criminal que ya no es individual, oportunista y esporádico, sino colectivo, sistemático y permanente. Es un sistema que se beneficia de la complicidad de toda la cima de la pirámide de poder, organizada a sabiendas con el objetivo de enriquecerse a sí misma, y las riquezas acumuladas sirven para mantener el poder. El caso de los políticos incapaces es un poco diferente. Las “kakistocracias” proliferan en sistemas políticos degradados y caóticos que rechazan los talentos profesionales y abren el camino a individuos de la peor especie. Cuya característica, es ver a un gobierno que acopia delincuencia e incompetencia, donde estos dos elementos se refuerzan entre sí.

El MDS instalado ya en el poder edil, le ha tocado afrontar el denominado caso Mochilas I, II y III en los que el titular se enfermó seis veces para postergar sus audiencias en su gestión, como Alcalde electo democráticamente en el Municipio de Cochabamba (esta original conducta de enfermarse no ocurre en su vida cotidiana normal) coincidentes esas circunstancias con el afán delincuencial de perdurar a la cabeza del municipio declaro verbalmente ante los medios “su renuncia”; un manejo político por demás cínico y mentiroso, en su afán de prorrogarse, y que esperamos superar dada su evidente peligrosidad.

Mientras que el partido gobernante, cuyo representante es José María Leyes en campaña política mediante algunos inobjetables logros, busca, vehementemente, cual si fuese una válvula de escape, aliviar el panorama de la pandemia mediante la distribución de “bonos”, todos los cochabambinos debemos tomar conciencia no solamente de que se está jugando aquí el descifrado del enigma sobre si, para el desarrollo de nuestro municipio ha llegado ya el momento de confirmar si es la juventud confiable en esta labor política o es necesario recurrir a líderes técnicos por un lapso más o menos largo capaz de responder a las expectativas cívicas y sociales.

O, como otros tránsfugas políticos piensan que pueden mantener vivo este estado parasitario a cualquier costo político, social y económico. Así, vemos un frente “verde” cínico, corrupto e incompetente que se populariza aprovechando la pandemia del COVID-19 en detrimento de una sociedad desorientada, que se aleja rápidamente de la realidad. Sin embargo, el futuro depende de la comprensión y el manejo de este último, así como de la supervivencia de su historia.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo