La concepción de «Estado» en la percepción oligarca del MAS
Los investigadores sociales, tales como Politólogos, Sociólogos y Juristas presentan al Estado capitalista como una institución que está por encima y al margen de la sociedad civil, negando la naturaleza y esencia social que debería tener el Estado. En relación al tema en el libro «El origen de la familia,: la propiedad privada y el Estado» escribió: “El Estado no es de ningún modo un poder impuesto desde afuera a la sociedad; tampoco es la realidad de la idea moral”, ni “la imagen y la realidad de la razón”, en la sabiduría de esta lectura el Estado es un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por diferencias irreconciliables, que es estéril para conjurarlos.
Si nos atenemos a las innumerables concepciones de Estado, confusas de entender porque encubren la naturaleza y esencia social del Estado, haciéndolo aparecer imaginariamente como una institución al servicio del pueblo o de toda la sociedad. Pero esto no es así. El Estado es un instrumento político, un monstruo como concebía Thomas Hobbes para mantener el dominio sobre la sociedad; es decir, es un instrumento de explotación de la clase oprimida.
En la misma obra de Engels, anteriormente citada expone “. . . Como el Estado nació de la necesidad de frenar los antagonismos de clase, y como al mismo tiempo, nació en medio del conflicto de estas clases, es, por regla general, el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida”.
En este sentido ahora en Bolivia nos amenazan con ciertos sectores (huestes) oficialistas, por lo que este modelo de intimidación de enfrentamiento es rechazada en la lógica de la división de gradación social en “preferidas” y “gente del montón”, de la “calle”, o como quiera que se la llame. Como también la división, basada en la anterior, de la cultura de “élite caudillista” y de “masas”. La cultura democrática es única y, en su unidad, verdaderamente popular.
Según nuestra opinión, la “cultura de masas” dominante en la sociedad capitalista se caracteriza, a pesar de todo su “espíritu liberal” exterior, por el bajo nivel de sus criterios estéticos, la extrema esquematización de los métodos impositivos, la reducción del alto valor social de sus contenidos a la simple función de entretenimiento irreflexivo.
En realidad, la llamada “mass culture” se ha convertido en un artículo más de “amplio consumo”, condimentado con una buena dosis de populismo y culto a la violencia. Semejante “cultura” no sólo aleja al hombre de la libertad y de la cultura y distrae de los grandes problemas de la sociedad, también se convierte en un obstáculo para el desarrollo de los altos valores nacionales, autóctonos, de las culturas de los pueblos.
J. Waldo Panozo Meneces es Policía y Politólogo
C.I. No. 832270 – Cbba.
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