EN MEDIO DEL FUEGO CRUZADO
Evo Morales expresidente de Bolivia exhibió a los medios de comunicación una conversación por WhatsApp que involucra a dos individuos que serían efectivos antidrogas y el primero, con grado de coronel, quién habría ordenado a un subalterno para que abandone la zona donde encontraron fábricas de droga. Morales dijo que el caso sería del 25 de marzo en la zona Valle Sacta (4/4/22) ¿Qué autoridad política está a cargo de la lucha contra el narcotráfico? El Ministro de Gobierno, del Castillo, informó la desaparición de una carga de 800 kilos de droga en el Beni. Ocho efectivos del Grupo de Inteligencia y Operaciones Especiales (GIOE) de Amazonía fueron aprehendidos y están investigados por el Ministerio Público (22/4/22) ¿Qué político ordenó que desobedezcan al Ministro de Gobierno?
Solo estos dos casos nos revelan el comportamiento desviado, entendido como una disputa entre dos facciones políticas que administran el Estado y ambos pretenden el monopolio. Estos grupos en la actualidad denominados «radicales» y «renovadores» que abusando el poder del gobierno violan todas las disposiciones legales, luego de “secuestrar a la Policía” sometiendo a algunos jefes superiores y otros subalternos para sus bajos e inescrupulosos intereses se ha extendido ampliamente en los últimos años y ha puesto este problema en el centro de atención no solo de los criminólogos, criminalistas, perfiladores y los propios policías honestos. Por supuesto, la honesta sociedad boliviana no puede permanecer en esta situación. El comportamiento desviado de una masa importante de la población hoy encarna las tendencias más peligrosas y destructivas para el Estado.
En ninguna sociedad se puede trazar una línea y simplemente dividir a todos entre ciudadanos de bien y ciudadanos criminales (nueva oligarquía). La mayoría de los ciudadanos han roto las reglas aceptadas de comportamiento. El rechazo y los sentimientos de rabia, ira y repudio que provoca en el ciudadano receptor de este tipo de noticias, y la ejecución (asesinatos atroces) de policías, sumado al permanente cuestionamiento de las instituciones del Estado, provoca una desenfrenada desinformación en las redes sociales que, como mecha de los disturbios, contribuyen al desarrollo de sensacionalismos periodísticos de exageraciones políticas, sociales y jurídicas confusas que a menudo carecen de una base científica legal y transparente.
Esta actitud de los dirigentes políticos restablece la inmoralidad politiquera. Tenemos gobierno (“Tenemos una junta, ¿entienden?”) pero del mismo consorcio MAS-IPSP quienes sustituyeron por criterios de material volumétrico con los serviles uniformados. El controvertido comportamiento y acción de los policías muestra elementos de carácter servilista, el placer del verdugo hacia su sociedad atrapada por una casta clepto-kakistocrático irresistibles de instaurar un totalitarismo perpetuo.
En medio de este fuego cruzado del crimen organizado, un día volveremos a ser el pueblo soberano. Frustrados, enojados, apasionados, indiferentes, distantes e involucrados, que decidiremos nuestro destino por tradición revolucionaria junto a los patriotas e institucionalistas policías cumpliendo su lema “Contra el mal por el bien de todos”.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo