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El enjambre MAS-IPSP en su salsa

La gresca de los grupos afines al expresidente Evo Morales y al presidente Luis Arce, se desenvuelven en su propio caos, por las exigencias inciertas y contradictorias, y la hostilidad hacia las autoridades del Poder Ejecutivo. La marcha iniciada en Caracollo porta una gigantografía con el título de «Estado mayor del pueblo» el cabecilla se hace llamar «Comandante» y algunos dirigentes «Capitanes» (estructura castrense), si a esto le sumamos la ausencia de los organismos de seguridad (FF.AA. y Policía), una división latente en el que el Ministro del Castillo amenaza a Evo, la Ministra Prada le invita al dialogo; la pasividad del gobierno con amenazas de ‘procesos’, demostrando su temor entre partidarios del MAS-IPSP, que otorga carta blanca para que pueden contravenir la C.P.E. y las disposiciones legales, lo que aprovechan de la situación y los marchistas aparecen como una especie de movimiento preinsurreccional, incontrolable, con consecuencias potencialmente importantes e impredecibles.

Con ridículas exposiciones de ejercicios militares, estos individuos pueden formar enjambres, converger rápida y sigilosamente, actuar y dispersarse, y estar prontamente para volver a reunirse, utilizando las mismas herramientas digitales para dar cuenta de viejas formas de insurrección. A partir de la “teoría organizacional” y los elementos que nos proporcionan podemos comprender este movimiento, pero también resaltar la no presencia del Estado. Si la teoría organizacional contemporánea puede ayudarnos a comprender la organización del movimiento actual, los autores más antiguos indican sobre la necesidad de actuar para evitar que esto vuelva a suceder a intervalos regulares. Este tipo de episodio de insurrección en el contexto actual es grande, especialmente porque los políticos de la oposición y la mayoría de los ciudadanos lo ven como la realización de su visión de una política que se llevaría a cabo en las calles, como una oportunidad para acercarse a ganar poder. Sin embargo, con un riesgo de que se pueda convertir en una “Guerra Civil”.

Con el enardecimiento de los ciudadanos por la crisis esencialmente económica, salen a las calles. Tal vez sea hora de releer y prestar atención a Tocqueville quién al estudiar el Antiguo Régimen se preocupó por el presente: “No sólo he querido ver ante qué mal sucumbió el enfermo, sino también cómo habría podido evitar la muerte” (1998: 78-79) refiriéndose, contra el poder central que había politizado y corrompido a las “instituciones”, queriendo imponerse como “el único muñón del aparato social” y lo que lograron que entre él y los ciudadanos no existe más que un inmenso y vacío espacio.

Esta acordada división de los grupos afines al expresidente Morales y al presidente Arce, no son el último sobresalto de una sociedad precaria que aposto por el “crimen organizado internacional” disfrazado de “populismo”, ciudadanía cansada de una crisis que nunca termina y nunca terminará. Si el Estado quiere impedir que movimientos de este tipo se repitan periódicamente, debe ayudar trasparentando los resultados del Censo para confeccionar el Padrón Electoral, reconstruir una oposición creíble dispuesta a actuar en el marco de la democracia parlamentaria y relanzar el diálogo social.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo