EL CÓDIGO DE HAMMURABI Y LA CONDUCTA MASISTA
No sé cómo explicar esta encrucijada política. Luego de una reelección fraudulenta e inconstitucional el 6 de diciembre de 2009 en la que logra la reelección Evo Morales y Álvaro García Linera; Burlarse del referéndum constitucional vinculante de 21 de febrero de 2016 por la aprobación o rechazo del proyecto de modificación constitucional para permitir al presidente o vicepresidente del Estado Boliviano postularse a ser reelectos a otra elección; La complicidad del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro que en 18 de mayo 2019 respaldó la reelección de Morales asegurando que sería “absolutamente discriminatorio” que el actual mandatario boliviano no pudiera presentarse a las elecciones de octubre en Bolivia y ahora el vergonzoso fraude electoral del 20 de octubre, cumpliendo las resoluciones de la corporación delictiva, conspirativa y antidemocrática de Castro, Maduro, Kirchner, Ortega y Da Silva, tenga aspecto de política porque ahí empezó el extremismo populista del terror. En un país con autoritarismo administrado por el MAS-IPSP producto de la crisis de los partidos políticos tradicionales y de un golpe de Estado al gobierno de Sánchez y Mesa, por una corporación también delictiva conformada por las Seis Federaciones del Trópico, terroristas, asesinos, tramposos, secuestradores, narcotraficantes y contrabandistas. Como se cacarea aquí y en el extranjero.
Nosotros los bolivianos jamás les deseamos a otros países libres del mundo, lo que pasamos en los casi Catorce años de desgobierno; pero muchos países se distanciaron de nosotros y no nos creyeron; pero, ahora también ellos, tienen metidos a los extremistas populistas del terror, haciéndoles daños y perjuicios irreparables con sus conflictos sociales.
Si en Bolivia hubiera habido una oposición sabia y desinteresada para estas últimas elecciones presidenciales, ya estuvieran festejando el triunfo los ciudadanos honestos con los uniformados militares, policías y sin extremistas. Como no lo hace hoy la Argentina.
La lucha fue injertada a las RR.SS., a las calles y debemos alcanzar las carreteras hasta llegar a La Paz. Sin embargo, la idiosincrasia del típico cochabambinos apoyamos desde la comodidad de nuestra cama, con darle un link y el amen; con la Biblia solamente, no vamos a exterminar al tirano corrupto populista.
Para eso, se necesita mucho esfuerzo, mucho compromiso, mucha lealtad, y mucha valentía. Pero tenemos que trabajar todos, no unos pocos nada más. Nosotros los bolivianos vivimos durante casi 14 años con “el Jesús en la boca, con las libertades restringidas, con el temor de ser agredidos por las huestes MASistas y una democracia muy elástica a los intereses del MAS-IPSP esa de que habla tanto la mayoría ciudadana en Bolivia. La novel democracia de 1980 la única herencia que nos trasfiere, fue que la política engendra el odio a muerte, entre marido y mujer; entre padres hijos; entre amigos; entre parientes; entre ciudadanos de un mismo país, que, al final, degenera en guerra civil.
Ahora muchos dirigentes del MASismo se rasgan la vestidura por el ultimátum del joven líder cívico Luis Fernando Camacho, ahora exigen el cumplimiento de la C.P.E. y demás disposiciones legales. Aprovecho para recordarles a estos delincuentes de la politiquería que ellos también complotaron para despedazar la democracia en junio de 2005, esta ocasión es propicia para sentenciar con el Evangelio según San Mateo (Cap. 25, versículos 51-52), en el que Jesús pide a uno de los que estaban con él que guarde su espada, “porque el que a hierro mata, a hierro muere…” que proviene del Código de Hammurabi. Es ahora que tenemos la obligación de solidarizarnos con todos los jóvenes que se encuentran en el puesto del deber de cada una de las “barricadas”, a la caballería de motoqueros y con el pueblo sufrido de Bolivia, porque ahora si hay esperanza a una apertura democrática; se vislumbran justicia, moralidad y buen sentido de responsabilidad, ante las masas. Dios bendiga a las almas sufridas del pueblo heroico de Bolivia.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo