¡CAMBIO GENERACIONAL EN LA POLÍTICA BOLIVIANA!
La cuestión es extremadamente simple: no queremos más de lo viejo en cuestiones políticas por cuatro razones; Primero: la C.P.E. Plurinacional fue aprobado por acuerdos con los dirigentes de los partidos políticos tradicionales; Segundo: la ley de Organizaciones Políticas fue por acuerdo de los dirigentes políticos de los partidos tradicionales, que cierra espacios a los nuevos actores políticos; Tercero: la salida de Evo morales a México desde el Chapare fue por acuerdo con los viejos dirigentes políticos (paradójico y ahora lo buscan para aprenderlo) y Cuarto: la elección de vocales del Tribunal Supremo Electoral fue por acuerdo de algunos viejos dirigentes políticos de los partidos tradicionales con el MAS-IPSP y quién sabe cuántos acuerdos secretos más se realizan a espaldas delos bolivianos. No queremos ceder nuestro espacio durante las nuevas elecciones en Bolivia a aquellos que han estado negociando acuerdos, vendiendo nuestro futuro durante años. Para aquellos que han estado ejecutando la misma operación a título de “estrategas políticos” prometiendo a todos sin cumplir nada son unos simples delincuentes políticos que hacen sus negocios con las esperanzas del pueblo, aprovechando la experiencia que atesoraron durante muchos años desconociendo que la actividad política no es una profesión y más bien es un “voluntariado”.
La enseñanza que dejaron los “Cabildos” fue la lección que nos dieron la participación de los jóvenes y las mujeres en este siglo XXI que tienen un fuerte apetito que se manifiesta en particular por la frecuencia de los discursos políticos cortos y dinámicos, sus habilidades tecnológicas son más altas que las técnicas de los geronto políticos, y sus respetos con la institucionalidad y las libertades son sólidos (en particular, con la participación electoral).
Los jóvenes no habían sido despolitizados o apáticos desde un punto de vista cívico, sino todo lo contrario. Están politizados de otra manera. Su interés en la política, lo colectivo, se expresa a pesar de su desconfianza en el sistema político y el personal. “El fin justifica los medios”. Aunque Maquiavelo nunca escribió esta oración atribuida a él, resume su posición sobre el tema. Para Maquiavelo, el objetivo de la política, no es la ética sino el “éxito” (obtener y retener el poder). El príncipe no tiene que ser justo. Es suficiente que aparezca. La política es un arte de ocultamiento en nombre de la eficiencia.
Sin embargo, el poder estatal nunca es el ejercicio de la fuerza pura: el propósito de la política es establecer “buenas leyes” para el bien de la sociedad. Es en esta postura paradójica que los jóvenes entran en la política y esto lleva a una definición más crítica de su ciudadanía, que es bastante vigilante con respecto a los Derechos Humanos, la democracia y su funcionamiento.
En Bolivia todo llega tarde, pero tarde o temprano, todo llega aquí. Como regla, esas cosas malas son lo primero. Este es también el caso con la tendencia de los llamados a la unidad de la nación boliviana. El doble rostro de las empresas de los medios que prácticamente todos mostraban día a día el rostro del culto a la personalidad del tirano como la ampliación de la escena de los medios. Las consecuencias del periodismo independiente y libre, al parecer, son catastróficas. La peor parte es que hoy, a primera vista, los medios de comunicación de elección nunca antes aparecidos, en realidad hay algunas personas que manejan los hilos y administran todo el espacio de los medios, preparando así el terreno para lograr sus objetivos: económicos, políticos y otros.
Los lectores, espectadores y oyentes consumidores, que piensan que están “bien informados”, en realidad caen presa de una propaganda bien planificada y claramente dirigida que los convierte en máquinas para todo menos al pensamiento crítico.
Es en ese plano de la planificación que se cierne sobre los nuevos actores políticos como Camacho y Pumari y tal proceso del complot de los viejos políticos, es lo que ha estado ocurriendo en Bolivia desde hace algún tiempo. El corrupto aparato geronto-político detrás de un grupo de jóvenes y de nuevos actores políticos, utilizando a los partidos políticos como herramienta, ha puesto bajo control gran parte de lo que se llama la escena de los medios en nuestro país al enviar, a veces públicamente, abierta y brutalmente, y a veces mensajes sutiles y ocultos a aquellos “jóvenes y nuevos actores políticos”, sin clasificar, que no tendrán éxito solos. Muy a menudo, esto “solo” significa sin el dinero que, sobre todo, es necesario para hacer política, más allá de la confianza de los ciudadanos de este país, y con la ayuda de los cuales, después de todo, las estructuras políticas intentan controlar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y, en última instancia, nuestras vidas.
El asunto es considerablemente simple y es dar la oportunidad de escuchar las voces de aquellos cuyas voces escuchan a todos los responsables de esta situación en el país, y al mismo tiempo no aceptan la responsabilidad.
Pero, por supuesto, en el sentido clásico, el monopolio de los asuntos político-nacionales condicionales se le otorgó a una determinada capa de la intelectualidad y la nomenclatura monopolista de los politiqueros. Por lo tanto, a partir de los “Cabildos” de octubre y noviembre de 2019 Camacho y Pumari tenían la reputación de ser figuras patrióticas y cívicas en la sociedad. Y de vez en cuando se hizo público, o corrieron rumores de cómo confiar el poder a unos “jóvenes inexpertos”, cuando habíamos confiado el poder a un “ignorante y analfabeto funcional” que nos tiranizo por casi 14 años. Esas voces agoreras son, si no estrictamente, al menos ensalzadores a los corruptos del pasado contra la generación más joven que está interesada en los problemas nacionales y considera que es su deber asesorar, nutrir y respetar a la generación anterior, será un gran honor para ellos interactuar con los grandes veteranos políticos bolivianos. Urge el cambio generacional en la política boliviana.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo