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Bolivia tierra fértil para la reproducción de los politiqueros

Para hacer dinero en Bolivia, únicamente hay grabar dos o cinco vídeos ridículos, groseros y subirlos a YouTube, o a TikTok, viajar a algunos países y hacer alguna payasada si tus manos y tu cara son un poco agraciados. Sin embargo el camino preferido es a través de la práctica de la  política. “La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”, dijo Edmond Thiaudière. Sin embargo la verdadera política es importante porque brinda orientación, coherencia, responsabilidad, eficacia y claridad sobre cómo se opera la administración de un Estado.

Lo contrario a la definición de “político” es el “arribismo” La palabra arribismo (o arribista) tiene una connotación despectiva porque implica el deseo de hacer Carrera a cualquier precio, sin que le molesten escrúpulos, a estos sujetos en Bolivia más los conocemos como “politiqueros”. Estas personas siempre serán líderes, asambleístas, ministros, diplomáticos deshonestos, cualesquiera que sean las circunstancias ¿Hasta parece normal que una figura política “analfabeto absoluto, o “analfabeto funcional” haga de ella su carrera vitalicia? Se acostumbran a la buena vida de holgazán tratando siempre de querer ser reelegido, complacer a un electorado simplemente por su campaña, la mayoría de esta plaga son los llamados magos que encandilan a los electores con promesas a veces insostenibles y ven sus intereses personales por encima de todo.

La política no debe ser un objetivo en sí mismo, sino un deber cívico, para todo aquel que quiera participar en el desarrollo de una sociedad mejor. La politiquería es un insulto al pueblo, a quienes les considera como un rebaño de ovejas que sólo sirve para apuntalar a unos cuantos mentirosos. La politiquería es la peor escuela política que puede existir, estas personas que aplican estas prácticas políticas son unos mentirosos y esta forma de antipolítica es la única manera que tiene una minoría de personas de liderar el país. Esta tendencia no se limita únicamente al partido del MAS-IPSP. Las promesas relativas a las reformas y la erradicación de la corrupción que tanto necesita nuestro país prácticamente nunca se cumplen. Por ello la política boliviana se hunde en la demagogia.

¡Sí, la politiquería es una plaga para nuestro país! Ya sean personajes, agrupaciones ciudadanas o partidos políticos, estos son toneles sin fondo donde el dinero de los ciudadanos desaparece… ¡La financiación a los partidos políticos anima a muchos a presentarse como patriotas candidatos salvadores de la patria, sólo porque puede concebir grandes beneficios (dependiendo de los resultados)! y también ¡la impunidad! Un político moral nunca logra asegurar el bien común por su propia cuenta. Sólo cuando los políticos se apoyan mutuamente en sus actitudes decentes pueden estar seguros de que en momentos críticos para el Estado superarán sus diferencias políticas.

Después de todo, la honestidad política y los políticos honestos aparecen más fácilmente en una sociedad marcada por una cultura de tolerancia y solidaridad, donde todos disfrutan de los mismos derechos. En cambio ahora en Bolivia con los politiqueros, nuestra democracia, o lo que queda de ella, estamos en el abismo.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo