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Realidad del policía y de la institución policial

Voy a ser breve. Primero una aclaración necesaria, no estoy en campaña política. Este ciudadano boliviano nunca se prestará para ser “activista político”, nunca se presentará a ninguna candidatura política ni para ser portero de algún gobierno municipal, gobierno departamental, para la asamblea plurinacional y mucho menos para el palacio de gobierno. Soy de profesión policía y politólogo que solo hace análisis críticos imparciales.

La policía en su verdadero rol constitucional se debe a su sociedad. No sé cómo los policías del servicio pasivo, servicio activo y la ciudadanía en general aceptamos el descredito que hacen con la identidad y la imagen institucional de la «Policía Boliviana». Así empezó el extremismo populista en Venezuela, emulando en nuestra Bolivia con una dictadura democrática arrebatada por politiqueros sin moral con intereses particulares y sectarios, como todos sabemos y con una oposición arcaica, nefasta y cancerosa. Oficialistas y opositores que cada uno a su tiempo ofrecen mejores días y condiciones de trabajo a los policías, pero que nunca cumplen, ni cumplirán las promesas con la policía. El sueldo de un policía que trabaja las veinticuatro horas; ¿alcanza para cubrir los gastos de la canasta familiar? Y, cuando se jubilan ¿su renta de vejez les alcanzara para sus medicamentos? A eso llegaran todos los que se sacrifican ahora por defender, o mejor dicho por cubrir los desaciertos de los gobiernos; los policías se jubilaran con la salud deteriorada. Por esa lacra de corruptos politiqueros ahora están haciendo mellar la dignidad institucional, consideran que somos socios del gobierno y nos injurian, insultan abiertamente. A los gobiernos anteriores y especialmente al actual las fuerzas policiales los respetaron y sirvieron hasta el final, a pesar que se olvidan que tenemos necesidades y trabajamos más que cualquier otro asalariado, además ponemos en riesgo nuestra integridad y la de nuestra familia.

Los policías del servicio activo averigüen, investiguen, que viene después de la jubilación. Viene pues miseria, hambre, dolor, olvido y muerte. Con este régimen nos arrebataron la MUSEPOL con la complicidad de algunos malos y rastreros camaradas. De lo que nunca quieren realizar una auditoria externa de nuestros ahorros propios.

Rezando u orando día y noche solamente, no vamos a exterminar la miseria y el totalitarismo. Para eso, se necesita unidad, mucho esfuerzo, mucha conciencia y mientras muchos trabajamos en ello; Otros siguen formando partidos políticos porque vieron que es un buen negocio hacer política en Bolivia. Para alcanzar el éxito y deshacernos democráticamente de los corruptos, tenemos que tener unidad y no cantidad de partidos políticos. Pero tenemos que trabajar todos, no unos pocos nada más.

Nosotros los policías institucionalistas y patriotas anhelamos una sociedad tranquila con la democracia plena, esa de que habla tanto el populista Morales y García Linera. Desde la fundación de la república la única herencia que nos dejó, fue que la política engendra el odio a muerte, entre marido y mujer; entre padres e hijos; entre amigos; entre compadres; entre ciudadanos de un mismo país, que, al final, degenera en guerra civil. También puede terminar en guerra entre países hermanos y amigos.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo