¿Los «interculturales» arrodillaron a las FF.AA. y a la Policía?
Las imágenes difundidas por los medios de comunicación del pronunciamiento de los interculturales en el que “condenan a muerte”, son inquietantes y aterradoras, además de mostrar al mundo maniobras paramilitares «grupo irregular» constituido. Los extremistas ex «colonizadores», socios de la Corporación política del MAS-IPSP, conocidos como “interculturales” trae a la memoria los, mensajes de atribuciones de actos terroristas, recuerdos de los capítulos más oscuros de la historia de los años 60´s.
El grupo de vándalos, “usurpadores”, “avasalladores” de tierras, deslegitimadores de las disposiciones legales. Incluye a varios actores que, alejándose de las críticas fácticas y utilizando un lenguaje agresivo, aprovechan el adormecimiento de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), la complicidad de los comandantes de la policía, han socavado la autoridad del gobierno. Se burlan de las advertencias, ignoran las órdenes oficiales o judiciales y la policía se constituye en los lugares de conflicto luego de tres días, ya no hay acción directa.
¡Su objetivo esta cumplido! Con la resolución Nº 11/2023, leída por Tito Rojas, en el que, señala: “Condenamos a muerte a los empresarios terratenientes asentados en el sector Las Londras por el acto criminal que ejecutaron en contra de nuestros hijos. Condenamos a muerte a los matones en las empresas por quitar la vida de nuestros hijos de la familia intercultural de San Julián”, es el manifiesto de la presencia del “Grupo irregular insurgente” que demuestra autoridad, anulando los principios esenciales de la Constitución y desafiar el funcionamiento y la autoridad de las FF.AA. y de la Policía.
Si el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia realmente quiere luchar contra él, o los grupos irregulares del narcotráfico, del contrabando y de los avasalladores de tierras, no debería permitir este tipo de manifestaciones públicas. El consentimiento para la manifestación de estos grupos de vándalos, como también las declaraciones de Sebastián Marset nos muestra al mundo la decadencia de las instituciones tutelares del Estado, la inseguridad ciudadana, el libertinaje, que por supuesto, no debían ser toleradas en un Estado de Derecho. Este tipo de pronunciamientos como medio para expresar coerciones y opiniones políticas causan una sensación de amenaza.
No solo es necesario leer, escuchar acerca de “ajustes de cuentas”, secuestros, violaciones, asesinatos. En tiempos de crisis económica, política y sociales, los ciudadanos necesitan información confiable sobre los grupos irregulares extremistas para poder formar un “escudo democrático” contra esta plaga. La proliferación de los delitos, la corrupción generalizada representa la falta de la presencia del Estado. Lo que preocupa es la inercia de las FF.AA. y de la Policía encargados de la seguridad externa e interna del Estado.
También se tiene en cuenta hasta qué punto las autoridades estatales lo apoyan, así como la conexión que tienen con el Consorcio Político del MAS-IPSP y la amenaza que representan para las actividades de los ciudadanos bolivianos ¿O serán los interculturales las milicias que sustituyan a los Ejércitos y a la Policía?
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo