LA VIRTUD DE SER NARCOTRAFICANTE Y POLÍTICO

Y no me lo contaron, lo investigué, lo viví, me costó atentados, la cárcel, asensos de grado y mucho más. Si tenemos que hablar históricamente de la política y del narcotráfico, siempre han sido un juego político de miedo y poder por parte de los políticos, cada uno en su debido tiempo. Desde el retorno de la democracia el narcotráfico ha sido administrado por el gobierno y ello lo denunciamos desde el caso La Florida (1985), como primer eslabón para llegar a Huanchaca, dirigido desde el ex Ministerio del Interior (Barthelemy [†]) —hoy Ministerio de Gobierno— El año 2005, se sepultó a los partidos políticos “tradicionales” con la “estrategia del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos” (IPSP). Cocaleros y narcotraficantes, en colaboración con una red de algunos militares y policías, crearon, encubrieron un estado de caos sembrando el terror de un supuesto “socialismo” con ataques a la gente de corbata y de la iglesia.

La relación narcotráfico y política desde el ascenso del MAS-IPSP en el gobierno, a la fecha se convirtieron en dos facciones del narcotráfico que se tornaron desde la Revolución Cultural en un fenómeno plurinacional conocido como la mafia MAS-IPSP (Evo/Arce)

Esta administración del narcotráfico se ha transformado de forma camuflada, invisible a nuestros ojos, y ha cambiado sus métodos para convertirse en una gran empresa. Pero una gran empresa no para fortalecer al “Estado”; sino mas bien aprovechar del “Estado” para el enriquecimiento particular y de grupos. De esta manera, los grupos mafiosos han dejado a un lado sus tácticas tradicionales para controlar territorios y han logrado inmiscuirse en la política o la administración pública mediante elecciones fraudulentas, sobornos y sin descartar las amenazas o la violencia cuando lo consideran necesario.

Una de las características principales de estas dos facciones —Evo/MAS-IPSP y Arce/gobierno— en la actualidad es su internacionalización, la primera facción cubriendo el tráfico a Europa y África y la segunda cubriendo la ruta hacia EE.UU. y su distribución hacia otras latitudes. Esto se explica como una estrategia por el poder y el control geopolítico para la distribución de las drogas, valiéndose del control de la policía y el Órgano judicial. Como lo ocurrido con los 484 kilos de droga en un avión estacionado en el aeropuerto de Barajas, la policía y el gobierno español mantienen silencio.

El principal riesgo para la seguridad nacional del país proviene del aumento del narcotráfico, la crisis económica, la violencia, el crimen y la corrupción, en el que, en el territorio nacional ya no se sabe si existen FF.AA. y la Policía. Como también ya es normal ver que agentes municipales uniformados (parapoliciales) y militares cumpliendo funciones inconstitucionales de policía. La “guerra interna de las dos personalidades en el MAS-IPSP” está pintando de violencia mediática y física en Pleno Proceso de Cambio. La normalización de la violencia se ve agravada por las aspiraciones de Evo Morales como candidato para las próximas elecciones nacionales. El conflicto afecta especialmente a todos los bolivianos con actividades lícitas que sufren la criminalización de los policías, fiscales, jueces y los militares, en los desplazamientos forzados a causa de la intromisión en sus territorios.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo