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El peligro de las redes sociales, la desinformación y los anónimos

La dinámica de la socializaciones en el s. XXI ha cambiado radicalmente con la tecnología, nos comunicamos, nos informamos, recopilamos información y lo convertimos en conocimiento. El internet ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta de primera necesidad, mientras que las relaciones políticas, jurídicas y sociales cambian gradualmente su campo de formación, también, cada vez más. En toda esta situación ¿Queremos darnos cuenta de que hoy si no estamos en Google, Facebook, Twitter, Amazon y otros  no existimos? Las “redes sociales” se han consolidado como medio de comunicación, convirtiéndose en el monopolio de nuestras conciencias, por lo que muchas veces su uso va más allá del simple intercambio de información, dando lugar a formas más intensas de relaciones jurídicas (la publicidad, campañas políticas, venta de artículos etc.) formando así una “sociedad red” una característica popular que utilizan mal en la política partidista, la religión y otros, organizándose a través de las redes.

Sin embargo, hay un hecho más peligroso, el de hacer prevalecer la dictadura de algunos sobre la de otros, lo que altera los límites de la credibilidad de las fuentes, escudándose detrás de una desintermediación de conocimiento en comparación con los principales medios de comunicación, algunos deshonestos usuarios, al mismo estilo de los “conspiranoicos” no difunden sus ideas basadas en hechos reales, fuentes y bibliografía confiables. Las conspiraciones reales existen, por lo que es necesario un sano escepticismo ante los informes oficiales es tan útil como la búsqueda de coherencia interna con la información disponible.

Si todos publicáramos o comentáramos con nombres reales, el nivel de malicia, como el de discusiones y conflictos reduciría, mientras que, por el contrario, aumentarían las opiniones y los intercambios de puntos de vista constructivos. En particular, se debe sensibilizar a la gente para que sea responsable de sus opiniones, acusaciones e ideas.

En los albores del Internet, todo el mundo se preocupaba por los hostigadores deshonestos. Pero hoy en día, simplemente ajustando la configuración de alguna red social ya no te preocupas por quién te lee, te sigue o te espía. Pero es bueno que, al interactuar, dejes que la gente sepa quién eres. Basta, por tanto, de caricaturas, paisajes, alias, o perfiles detrás de la imagen del usuario.

Hoy las redes sociales son consideradas parte de los compromisos y de la vida diaria. Sin embargo los expertos en esta área y profesionales de otras no han abordado la cuestión de si estas redes son realmente sociales o asociales, entre todos los usuarios sin importar la edad y el daño que significa para los niños y adolescentes.

¡Dios salve a las víctimas de los inescrupulosos, cobardes anónimos y de las mentes enfermas de las redes sociales! Quienes primero se convierten en seguidores, luego envían solicitudes de amistad y te piden que las aceptes. Cuando no se salen con la suya, inician una campaña de hostigamiento, te acosan, te difaman y llegan hasta el crimen.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo