Desde el año 2006, a pesar de que la afluencia de rumores involucró al vicepresidente de Bolivia, y que parecen buscapiés descabellados, tal vez, en este escenario de incredulidades, la verdad floreció en la oscura existencia política de Álvaro García Linera y esa frase expresada de manera tan melodramática: “La mentira tienen patas cortas”. Porque dura muy poco tiempo, ¡antes de que se sepa la vedad! Pero si hay mentiras que lastiman y marcan para toda la vida. Teníamos razón en no desesperamos y ahora el tiempo nos muestra el verdadero rostro del acomplejamiento y el resentimiento social que llama a ensangrentar nuestra Bolivia. No es tarde pero sí, es cierto, el riesgo, es que el despertar puede ser aún más violento.