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De violencia, política y autoridades universitarias

La universidad, era considerada el templo del conocimiento generando conocimiento abierto e interdisciplinario, promoviendo cambios sociales y culturales positivos: esta es la tarea confiada a las universidades; Hoy refleja otro rostro, el rostro de la violencia, la prebenda, la falta de respeto por sujetos con problemas de conducta que lo plasman en el ejercicio de la política institucional interna en continuas tensiones políticas por la cultura “politiquera” en los tres estamentos, estrategias de terror para favorecerse mutuamente entre “estrategas políticos” (charlatanes de la prebenda) ¿Grupos? ¿Roscas? ¿Pandillas?

Bolivia se encuentra atravesando una crisis política y económica descomunal ¿Por causa de quiénes? ¿Serán responsables los profesionales políticos? Estos profesionales se formaron en las universidades ¿Cuántos profesionales abogados y politólogos tenemos en los cuatro Órganos del Estado? ¿De estas conductas serían responsables la universidad o sus profesores? Para responder estas interrogantes seria previo una auditoria como están egresando dichos profesionales que se dedican a la política partidista.

Los profesores universitarios eran figuras respetadas y, a veces, incluso tenían una especie de estatus de celebridad. Otrora los estudiantes de la universidad influyeron en la vida cotidiana de la ciudad: contribuyendo al debate ideológico y político confiriendo y/o planteando soluciones en aras del bien común.

Hoy vivimos historias increíbles en la universidad. Historias de películas del género urbano o más bien de horror. Probablemente nunca sabremos qué pasó exactamente con las denuncias de “Tráfico de notas”, “Contrato de matones”, “Mantención de grupos políticos de estudiantes”, “No hay autoridad, o autoridades que pongan orden al desorden” ¿O más bien los encubren? Y al final poco importa. Pero también hay hechos indiscutibles que requieren análisis. Es indiscutible la falta de ética en algunos profesionales académicos. Y me referiré a las elecciones de noviembre 2023 en el que predominó las preferencias de “rosca” por parte de la FUD, cuyo Secretario Ejecutivo aseveraba “…hoy toca abandonar los odios y reemplazarlos por acciones de inclusión, de compañerismo, de honestidad, solidaridad, empatía y sobre todo humildad con todos los docentes (…)” cuando en el estreno del nefasto Tribunal Electoral Universitario que no tienen principio de autoridad, se tuvo que acudir al Recurso de Amparo Constitucional en el que el defensor de la Oficina Jurídica de Defensa del Docente no obró con imparcialidad gremial, más aun patrocinó al candidato ilegal en contra del candidato legal, único que cumplió con la convocatoria.

De los últimos vergonzosos hechos de violencia política dentro de la universidad, no se realizará ninguna investigación administrativa, son solo salidas que constituyen una farsa en sí misma. Es indiscutible el apoyo y lavado de la violencia de ambos bandos, por parte de los grupos políticos internos institucionales. Y aquí nos damos cuenta de la apestosa politización del tema. Ninguna autoridad se atreve a condenar estos hechos violentos y escandalosos dentro de un espacio tan sagrado. Y es tristemente sorprendente que muchas de estas formas de agresión política tengan también su versión trivial, que, como una mala parodia, aparece frecuentemente en nuestra vida cotidiana.

Mgr. J. Waldo Panozo Meneces

Docente Politólogo