BOLIVIA ENTRE LA ESPERANZA Y LA ARROGANCIA DE POLITIQUEROS
La noche del viernes 4 en Santa Cruz, jueves 10 de octubre en La Paz y Cochabamba. Las principales ciudades de Bolivia parecieron enloquecer formando la gente en apoteósicos y contundentes “Cabildos” autoconvocados por los millares de ciudadanos que invadieron las calles al pie del Cristo Redentor, La Plaza San Francisco, la Plaza de las Banderas y el Prado haciendo escuchar sus voces de protesta que entonaban, a voz en cuello, estribillos jubilosos temas por la “defensa de la democracia”, que es el lema fundamental por el cual la mayoría de los bolivianos venimos peleando “que se respete el 21F”, “la democracia”, la “Constitución”, nuestro “Estado de Derecho” y la “defensa del medio ambiente” por la catástrofe de la Chiquitania y el Parque Tunari. En las tres Ciudades, mientras los policías no atinaban sino a observar la marejada humana —perdida ya la noción de dónde se hallaba la frontera entre el desorden y el entusiasmo inofensivo—.
De ese modo, millones de bolivianos en condiciones de expresar su rencor vociferan también la lectura para de que los políticos que dicen trabajar por el “bien común”, abran los oídos todos los politiqueros añejos llamados de oposición, que están en una lucha política nacional, es evidente que están en el campo del voluntariado político de alguien que ama la patria y a su gente. Es difícil para los políticos no jugar con la parte sentimental que toca a la gente. Hoy casi todos los lideres de los partidos políticos que tiene una fuerte participación en torno a la palabra “patriota”.
Entonces ¡todos los patriotas! Desde Carlos D. Mesa, Oscar Ortiz Antelo y Chi Hyun Chung, casi todos ellos están reclamando un brío patriótico durante la campaña presidencial. Dentro de la clase política, el concepto es objeto de una amarga batalla con el fin de alcanzar el “poder”. La presente semana, es la de decisiones si se unen los tres no hay segunda vuelta, quien no lo haga es el socio oculto del MAS-IPSP. Pero, ¿Por qué realmente quieren por lo menos tener un escaño? Es para negociar con quien ostente el poder. Es hora de que definan sus posiciones patriotas despojándose de algunos intereses personales y de grupo, llegar a acuerdos, para posteriormente honrar los compromisos con ética y patriotismo, es ese el reclamo, en la última semana. Esta en el tapete, por supuesto, la importancia de los cargos a cubrir: nacionales, subnacionales y provinciales, amén de representantes municipales, consejeros y otras funciones de no tanta relevancia. Se trata, en verdad, de una encrucijada dramática y fascinante; el movimiento ciudadano que participo en los Cabildos, una corriente multitudinaria vista por los opositores como un tropel fascistizante, y caracterizada, en cambio, por los sectores más afines como una expresión de las nueva Bolivia libre y democrática del posmasismo, influirá de manera decisiva en los hechos del 20 de octubre. Después del retorno de la democracia ningún gobierno logró desarrollar un programa de gobierno capaz de ofrecer nuevas opciones a una mayoría cada vez más deseosa de un cambio que sacara al país de su estancamiento.
No existe un líder que alcance una estatura de rival para el caudillo Evo Morales: aunque incoherente, pero con la fuerza necesaria para llevar hasta sus últimas consecuencias un camino cuya aspiración consiste en cumplir los caprichos del “Foro de Sao Paulo”.
Asistiremos a las urnas para legitimar lo que las fuerzas políticas de oposición admitieron con su participación al ilegal binomio Evo-Álvaro, esta voluntad del pueblo, expresada libre y en elecciones democráticas, es la base de autoridad y legitimidad de cualquier gobierno. La voluntad del pueblo: eso es también lo que guía los movimientos de protesta política de hoy, desde Santa Cruz hasta Oruro. Pero, ¿quién hará cumplir las determinaciones de los Cabildos? por supuesto, nunca es tan fácil… El gobierno ilegítimo, legitimado en las urnas puede volverse autoritario, ya sea de forma permanente o temporal declarando después de las elecciones “algún estado de excepción”.
Salvemos a la nación boliviana uniéndose por esta única causa todas las corrientes políticas, el nombre patriótico puede convertirse en el término “Bolivia libre, democrática y soberana”, un conjunto de palabras connotadas positivamente, es probable que, si los partidos políticos tradicionales dejan de usar el concepto de patriotismo, se convertirá en un concepto exclusivamente de kakistocracia. ¡El día domingo 20 puede ser tarde…!
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo