Los pocos bolivianos contra la mafia plurinacional
Todo se inicia con el derecho de exigir “Censo 2023” transparente y confiable. Sabiendo que los resultados traerán una transformación histórica en la lucha contra la corrupción y el autoritarismo. Tenemos un sistema corrupto en toda la extensión del Estado Plurinacional, por la desorganización organizada con el plan cubano “Agenda Patriótica” 2025 despojando a la Policía la administración de Identificación Personal, lo que pone en evidencia el desacato a los resultados del 21-F que derivó en la crisis de 2019.
El MAS-IPSP hizo crecer su “horda” a costa del Estado, incrementando el gasto público para incorporar a sus “soldados del Proceso de Cambio” (milicianos), para someter a las FF.AA. y a la Policía. Esto no ocurrió en los casi 14 años del desgobierno de Evo Morales, en el que sus principales colaboradores se dedicaron a enriquecerse y olvidar los objetivos del MAS-IPSP. En mayo 2022, fue que se manifestó el “grupo generacional” justificando sus cargos, porque fueron ellos quienes dirigieron la campaña electoral sin la participación de los “geronto jerarcas” que derivó en la destitución del viceministro Bobarín.
Con el Censo transparente y oportuno también ellos corren el riesgo de perder la alegría de beneficiarse del Padrón Electoral inflado en 43%. De esta ruptura que muestra falta de ética, equidad y lealtad entre mafiosos, el grupo de Evo Morales y las “6 Federaciones del Trópico” perderán mucho más. Porque el grupo de Arce Catacora, los generacionales más Choquehuanca heredaran los más de 580.000 militantes (servidores públicos) que jurarán por la nueva sigla que acoja a los tránsfugas.
En Bolivia con esta forma de politiquería pierden el sentido de lo que realmente no les interesa, “el bien común”, pierden el sentido a la vida, porque mirando únicamente sus intereses han perdido el contacto con la condición humana. Esta mafia, o más bien el espíritu de la mafia, es un tipo de emoción que, como el orgullo y la arrogancia, necesita un cierto modo de comportamiento y un orden determinado de relaciones sociales. El sentimiento mafioso es, por tanto, profundamente antidemocrático, si consideramos, como hizo Tocqueville, que el igualitarismo es la pasión democrática por excelencia. El sentimiento mafioso, o más bien el espíritu mafioso, se puede resumir en pocas palabras: se considera señal de debilidad o cobardía utilizar el “Terrorismo de Estado” como lo están haciendo con la población de Santa Cruz, comprometiendo a la policía y a la justicia, para reparar agravios, o más bien ciertos males que se han hecho. Así, es generalmente aceptado, incluso por quiénes actúan según las reglas del espíritu mafioso, que el simple robo, el narcotráfico, el contrabando, el fraude y, en general, todos los delitos basados en la astucia y el engaño pueden ser llevados ante la justicia.
Por tanto, el espíritu de los sujetos del MAS-IPSP y la nueva coyuntura con Arce y sus tránsfugas son únicamente la continuación para alcanzar sus objetivos autoritarios como es la vida aristocrática de Evo y sus partidarios, y del feudalismo, que se basaba, según Montesquieu, en el sentimiento del honor. Después de todo, los propios mafiosos llaman a su invento “Revolución Cultural”. En consecuencia, los ex oficialistas, los oficialistas de hoy y todo el sistema se llama cosa nostra, “nuestra propia causa”, en oposición a la República (res publica), cosa pública, “la causa pública”.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo