¿Guerra civil por una Bolivia federal?
La transición del conflicto a la guerra a menudo sigue a un cambio en la intensidad de la confrontación entre los actores. Toda guerra se libra en muchos frentes. En cuanto a la guerra interna del Estado Plurinacional contra Santa Cruz de la Sierra, se ahondó por la ineptitud del gobierno del MAS-IPSP de pensamiento “populista” totalitario que resucitó e incluso inventó mitos y leyendas sin base histórica para fascinar a las masas con el uso sistemático de la violencia y de la pedagogía del terror contra los críticos pretendiendo obligar a todos los bolivianos pensar como ellos y admitir sus hábitos. Lo más terrible es lo que sucede hoy sobre el terreno en el que todos los días el gobierno siembra el caos y el terror de la mano de “grupos de choque” y de la policía, dejando heridas profundas en el alma de las personas todos los días. La ofensiva también se está librando utilizando las redes sociales que reemplazan a los medios de comunicación tradicionales. Pero lo que está sucediendo por segunda vez y quedará registrado en las crónicas históricas del siglo XXI, es que en esta era asistimos a una nueva “Masacre de Terebinto”.
Después del desarrollo de más de tres semanas de la operación policial/paramilitar que el presidente Arce, lanzó en Santa Cruz para controlar y castigar la “desobediencia contra la medida autoritaria e ilegal de postergar el Censo Nacional de Población y Vivienda”. El Comité Interinstitucional y el gobierno probablemente esperaban resultados más rápidos y eficientes de sus estrategias y actividades, pero es cada vez más obvio que no habrá resultados favorables instantáneos para ninguna de las partes. Ahora el dilema es cada vez más apremiante: ¿Todo esto se tornará en una guerra duradera y agotadora o en algún tipo de acuerdo? ¿¡El escenario se vuelve más apocalíptico más pesimista con el pedido de los asambleístas oficialistas para decretar la medida de excepción y la militarización!?
Las predicciones no son lo mismo que las interpretaciones, así como los profetas no son expertos. Pero la hostilidad se desarrolla rápidamente, por lo que las predicciones se hacen realidad, o no, lo suficientemente rápido como para que las personas recuerden y juzguen a quienes las hicieron. Independientemente de lo que nos digan los opinólogos oficialistas, los “cruceñofóbicos”, y los falsos profetas, los cruceños demuestran unidad y valentía contra un gobierno enredado en el narcotráfico, la corrupción y la violencia en el Estado. Bolivia se convirtió en un centro político de Sudamérica. La mayoría de los Departamentos con autoridades tránsfugas, corruptos, prebendales y clientelistas le dan la espalda a Santa Cruz. De esta manera si no hay ciudadanos responsables una sociedad civil con fuertes raíces democráticas, entonces es casi imposible desarrollar un gobierno estable y respetuoso del Estado de derecho. Es por ello que ahora reina más el caos que la estabilidad.
El futuro esta como el cielo oscuro de la necrópolis sin paz urbana. Todos los bolivianos reaccionan ante la incertidumbre proyectando en ella sus deseos. Ni los expertos ni los profetas saben lo que depara el futuro, pero aquellos que se involucran en predicciones muestran sus verdaderos colores. Para los expertos, no hay mayores errores que las predicciones en una etapa de beligerancia, cuando sus deseos de fanatismo político ridículos sin fundamento quedan expuestos.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo