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El MAS-IPSP en el 196 aniversario de la «Republica de Bolivia»

Al no poder cambiar nuestros símbolos nacionales, crearon otros símbolos análogos de la leyenda aymara, sin ninguna base histórica. En nuestro nombre propio de «Estado republicano» aumentaron la palabra “Plurinacional”. Luego con los señores Arce y Choquehuanca permitimos que nos cambien el legado de nuestros libertadores de 9 de agosto de 1825, sin consulta alguna, traspusieron el “«Escudo Nacional»” por la “Chacana”. Esta simbología heredada de las luchas por la independencia significa nuestra capacidad de identificación y, por tanto, de que seamos una sola nación boliviana. Así como en el hecho de ser reconocidos por los demás presupone una histórica ofrenda a nuestra independencia de las garras de un imperio. La identidad que adoptamos abarca el campo sociocultural, las competencias y los conflictos dentro de él. Esto requiere esfuerzo, para que nuestro pensamiento esté asociado con la historia y la cultura, coligado con los términos y condiciones que configuran nuestra identidad cultural, diversidad, nuestros derechos culturales, actitudes y mentalidades.

Como demócratas bolivianos desde hace 14 años padecemos del enclaustramiento mental por la tiranía del MAS-IPSP, no podemos permanecer en silencio ante las mentiras de los agoreros de este régimen maldito, expresadas por el ignaro Evo Morales  y Luis Arce; el primero miembro del Grupo de Puebla que representa al negocio de la coca y sus derivados, y el otro fantoche de los designios del déspota ya mencionado, García Linera y Quintana que tienen como principales características la xenofobia, el chovinismo, el racismo, el nacionalismo extremo (mezclado con creencias sin base histórica y prejuicios religiosos), antisemitismo, anticapitalismo, antiliberalismo y un falso antiimperialismo. Nada tienen que ver con «socialismo» y «comunismo» por estar alienados del marxismo, es una situación sui generis, debido a la violenta desintegración de la nación en 36 supuestas nacionalidades. La idea de la “Patria Grande” para los fines ilícitos del crimen internacional, organizaciones fundamentalistas, saboteadores, terroristas y paramilitares con la intención de crear milicias armadas están han siendo explotados por algunos dirigentes del MAS-IPSP. Dichas características solamente las pueden sostener quienes nada sienten por los destinos de la nación boliviana, por su gente, por sus instituciones y, menos aún, por la imperiosa necesidad del rescate de la libertad y la democracia de nuestro país oprimido; rescate tan esencial y prioritario para una vida digna y decorosa, basada en el respeto a los derechos humanos, políticos, sociales, económicos, culturales y sindicales.

¿No son suficientes 14 años de despotismo, inseguridad ciudadana, terrorismo de Estado, incremento del narcotráfico, persecución política, exilios, dispersión de la familia boliviana, asesinatos, pedofilia, etc., para que todos los bolivianos comprendamos la dimensión de nuestra desgracia y nos avengamos a vivir en el marco de las leyes democráticas, el respeto y los derechos ciudadanos? ¿No debería ya la clase “dirigente” detentadora del poder (discrecional y omnímodo) convencerse que 14 años de tiranía, gobiernos de facto, burladores de referéndum (21-F) y continuismos despóticos (en los 196 años que lleva la Republica de Bolivia en su período de independencia colonial) son demasiado atropello a un pueblo que tiene el derecho a una vida en paz, trabajo y progreso? Solamente los alienados políticos, obtusos y antisociales son capaces de defender la mentira, el fraude y la hipocresía institucionalizados. En tales circunstancias, (En la Bolivia Plurinacional nos están sobradamente despersonificando) la decencia, el patriotismo, el juego limpio y la lealtad a los principios democráticos y a la causa de la convivencia política civilizada, son valores de segunda categoría, y que quienes los ejercitan, merecen, en la óptica del Estado de Derecho, la cárcel, el exilio y el avasallamiento.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo