BOLIVIA: ¿SOBERANÍA DIGNA?
El significado de soberanía es constantemente maniobrado tanto por sus fundamentos doctrinales como por sus aplicaciones concretas. El propósito de esta crítica en Bolivia es mostrar que sería precoz ponerlo a la vanguardia de las herramientas de la Ciencia Política. El análisis de las nuevas formas de administración territorial internacional es ilustrativo en el sentido de que el concepto de soberanía resulta ser un criterio particularmente relevante para evaluar el alcance político y los efectos jurídicos de las intervenciones externas. La teoría enseña que el principio de la soberanía implica el reconocimiento de la igualdad soberana de los Estados, el derecho a la libre determinación y la regla de la no intervención en los asuntos internos.
En Nicaragua en 2016 “apoyaron por la reelección ante revés sufrido por el presidente Evo Morales en el referendo constitucional que buscaba abrir la posibilidad de una reelección suya en los comicios de 2019”. En 2018 desde Cuba, “ratificaron la vigencia y el respaldo, en apego a la autodeterminación de los pueblos, la postulación del presidente Evo Morales para las elecciones de 2019, rechazando supuestos planes desestabilizadores impulsados por la derecha de ese país, la OEA y la embajada de EE.UU.”
El tan consagrado apelativo de “Estado y Soberanía nacional” entregada a la corporación supranacional “Foro de Sao Paulo”, amontonados en los denominados partidos “progresistas” no son nada más que la reunión de partidos políticos bajo la consigna de las “izquierdas” del s.XX En este s.XXI no son nada más que varias organizaciones criminales vinculadas al contrabando, el narcotráfico y a la corrupción internacional integrada por ex miembros de Sendero Luminoso, las FARC, el ELN colombiano, el MIR chileno y el MAS-IPSP, todas ligados en una coyuntura estratégica común para satisfacer intereses de grupo que controlan algunos gobiernos en Latinoamérica y en particular Bolivia, que intentan controlar la vida y el destino de millones, y se han propuesto internacionalizar al resto de la humanidad desde el año de 1990 planificado por Fidel Castro y Lula da Silva, desde aquel momento, fue ganando terreno y seguidores a un ritmo más veloz que cualquier cruzada política o religiosa. Por consiguiente, sería insensato apostar a que los falsos ‘comunistas’ no tengan probabilidad alguna de conseguir su propósito y adueñarse del mundo.
El contenido político del derecho de los pueblos a la libre determinación se adquiere en virtud del principio de la igualdad de derechos de los pueblos y de su derecho, libremente, de determinar, cuando lo deseen y lo deseen, sus derechos, estado político interno y externo, sin injerencia externa, y perseguir su desarrollo político, económico, social y cultural según lo anhelen. De esta disposición se desprende que todo pueblo tiene derecho a la autodeterminación interna y a la autodeterminación externa.
En Bolivia los falsos comunistas son una amenaza para los pueblos libres desde hace mucho tiempo. Desde el 2006 un hombre de oscuros antecedentes de profesión académica falsa que se auto calificó como el “último jacobino”, Álvaro García Linera, ha subrayado de modo brutal las estereotipadas amenazas de exterminar “a los kharas” y “la pugna por la reelección en Bolivia”. Para ello esta empleado todo el poderío del control de los Órganos del Estado, de las FF.AA. y de la Policía Boliviana como instrumento de terror, tanto en amenazas de palabra como con la serie de juicios políticos conveniente para él y los miembros de la corporación política MAS-IPSP. Y esta dando a sus correligionarios, una nueva colección de órdenes, lemas y promesas impregnados como nunca de la certidumbre de la gran victoria.
J. Waldo Panozo Meneces
Policía – Politólogo