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¡Para vos camarada policía que no vives de la politiquería!

Hay muchas áreas en las que sentimos que debemos hablar sabiduría enraizada que asimilamos como policías, experiencia purificada por el desconsuelo, en la misión de cumplir con el deber de policía y ello nos hace mirar con meridiana claridad “la realidad nacional”, asegurándonos de que nunca nos desviamos de la protección de la vida humana.

A partir del año 2006 lamentablemente se ha desbordado la imagen de Bolivia y de la Policía por el incremento del narcotráfico, el contrabando, la corrupción por la mala administración de un gobierno incapaz de resolver los problemas de los ciudadanos porque su gobernanza ha abierto continuamente otras inquietudes y problemas, que antes no teníamos. Y si lo había estaban olvidados, hoy en día por la pésima gestión despertó el interés por aquella corriente del separatismo y del odio racial hacia los hermanos cruceños, invadiendo el espacio común para crear barreras donde no las había.

Tras los recientes episodios de brutalidad policial injustificada contra los ciudadanos en el Departamento de Santa Cruz, de los que todos hemos sido testigos gracias a la tecnología y algunos medios de comunicación, sentimos la necesidad de volver sobre este tema que nos ha preocupado en el pasado y que es un obstáculo para la integridad nacional. Las libertades, la justicia y la democracia. Como policías, todos somos culpables, no tan solo los del “servicio activo”, pues ahora se desarrollan en los falsos modelos que se fueron heredando y deformando, sin embargo, no es también un problema solo de los superiores en grado, porque todos los subalternos también saben razonar sobre el bien que se debe hacer y el mal que no se debe hacer —esto es la deliberación—, o sea que deliberamos. Ahora comprendemos porqué el actual ministro de gobierno en complicidad con otros policías entregaron el mando al “poder político” en detrimento de la misión constitucional que garantiza el servicio para la sociedad. Aparte de insultar la inteligencia de todos los ciudadanos bolivianos, ¿con qué derecho suprime el papel independiente que garantiza constitucionalmente la función de la defensa de la sociedad?

Desde el primer momento que se hicieron del poder el MAS-IPSP, ha habido un aumento de los fenómenos de arbitrariedad policial, violencia injustificada, y al mismo tiempo un aumento de la criminalidad. La escalada de los fenómenos de brutal violencia policial y abuso de poder por parte de las fuerzas policiales no es en absoluto accidental, sino que es una elección deliberada del gobierno para infundir miedo en los ciudadanos que piensan diferente y suprimir cualquier resistencia a los planes antisociales del gobierno. Su doctrina no es “ley y orden”. Su doctrina es “terror y violencia”. Su propósito no es la seguridad, sino la inseguridad y la creación de una sociedad ultraconservadora de ciudadanos asustados que observarán pasivamente el servicio no representado de la nueva oligarquía parasitaria de algunos cocaleros, de los narcotraficantes y del crimen internacional.

En lugar de tomar medidas enérgicas contra el crimen, infringe los derechos y libertades individuales. Estas son opciones políticas que ante todo exponen a los propios policías y ya están provocando reacciones internas en la gran mayoría de los policías. Opciones políticas que no solo socavan la democracia, la seguridad y la paz social, sino que, en gran medida, sacuden la relación de confianza que la policía debe tener con los ciudadanos en un Estado de derecho moderno, en un Estado democrático moderno.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo