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Ministro Lima más peligroso que mono con navaja

Iván Lima; Ministro de justicia, expuso: “Hay que descartar en este momento la posibilidad de reforma constitucional, no le estamos planteando al país un referéndum de reforma constitucional con la cual toda la crítica de diferentes actores hay que desecharla: No estamos yendo por la vía de una reforma constitucional”. Realmente estos politiqueros con actitudes populistas dividen a la población en “élite” y “popular”. Lo que los populistas tienen en común es que rechazan a la “élite” y la consideran corrupta, mientras que al “pueblo” se le considera bueno, tanto en el sentido de superioridad moral como como una unidad homogénea que sabe qué es lo mejor para el país, la democracia directa originalmente se refería al gobierno directo del pueblo, tal como lo concibió idealmente Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVIII ¿Quién es el pueblo, qué quiere el pueblo y quién puede pretender decidir en su nombre?

El modelo de democracia directa —en el que los ciudadanos ejercen directamente el poder legislativo sin intermediación— se está volviendo cada vez más popular para engañar a la ciudadanía y deslindar responsabilidad al remitir el gobierno de Arce al TSE las cuatro preguntas de su referéndum, la primera sobre la reelección presidencial, dos de ellas referidas a la subvención de combustibles que se trata de una competencia administrativa del nivel central del gobierno y la cuarta sobre los escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional. En la primera y la cuarta pregunta ameritan la modificación de la Constitución Política del Estado que deben previamente aprobarse por dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).

En la actualidad la ALP está en la congeladora porque Arce está gobernando con Decretos y Sentencia Constitucionales ¿Qué pasaría en esta situación si se hiciera que la ciudadanía decidiera directamente sobre cuestiones relacionadas con la bioética, las vacunas, la eutanasia, el aborto, etc., o en general sobre todas aquellas cuestiones que requieren una mediación política? La historiografía política nos enseña: cuando se elimina la representación o la mediación política, se explota a los ciudadanos. En la democracia directa, la responsabilidad siempre está “desplazada” sobre el “pueblo” y sobre los ciudadanos anónimos que han aprobado o rechazado una cuestión ideada y formulada por intereses mezquinos. Porque detrás del telón de la democracia directa se esconde ante todo una dirección que, contrariamente a lo que se piensa, no está en manos de los ciudadanos, sino de grupos criminales, que a menudo son satélites de la política. Así, las minorías organizadas a través de la red decidirán las leyes a aprobar, convirtiéndose ellas mismas en las elites a las que quieren oponerse para reducir la libertad de elección a un “sí” y un “no”; oponer la voluntad popular a la de la Asamblea. De esta manera, las minorías organizadas a través de la red decidirán las leyes que se aprueben, convirtiéndose en las élites a las que pretendían combatir.

¡No es el pueblo el que tiene que demostrar su razón, sino la élite política! ¡No es el pueblo quien tiene que legitimar el ejercicio del poder al que tiene derecho, sino la élite política que cree que gobierna en nombre del pueblo! ¡No es el pueblo el que tiene que ser sirviente y súbdito, sino la elite política la que tiene que servir al pueblo!

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo