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Encuestas: la mentira como nueva realidad

Un nuevo negocio y lucrativo se convirtieron la encuestas de opinión pública (barómetros) pagados que son difundidos por algunos medios de comunicación y las redes sociales (Facebook, X, WhatsApp, TikTok, Telegram), por lo que estos medios de comunicación ya no se los considera una fuente de información fiable. Las últimas encuestas referente a la política y los políticos al parecer existe una connivencia de los medios de comunicación que se consideran “sistémicos” haciendo que los datos se perciban, que esta se establezca como la principal noticia importante, su repetición y su aparición por todas partes para que queden impresa en la memoria de los ciudadanos.

En el caso de una sociedad en condiciones de transparencia absoluta esta deshonesta actividad se conoce como fake news —información falsa—. Ciertamente no es el único método de desorientación descrito anteriormente. Algo parecido sucede muy a menudo con las declaraciones de los políticos y frases aisladas. En conjunto, tienen un significado muy específico, pero individualmente esto cambia dramáticamente. Alternativamente, las noticias falsas también son noticias no confirmadas o medio ciertas. Otra categoría de fake news son las teorías conspirativas y, finalmente, se entiende lo obvio: noticias fabricadas, que claramente no son hechos reales y simplemente se reproducen para desorientar, reforzar narrativas, crear polarización artificial, etc. etc.

Vivimos en una época en la que las empresas encuestadoras realizan encuestas una vez al mes, mientras que aparece una nueva encuesta casi semanalmente. Esto es lógico y legítimo, ya que las elecciones (presidenciales y de asambleístas nacionales) se acercan, mientras que las departamentales y municipales también están cerca de un año.

La cuestión es ¿Qué tipo de barómetros de medición social fueron? ¿Quiénes y qué empresas los llevaron a cabo? y también si sus resultados ¿Correspondieron lo más posible con la realidad? Por supuesto, nadie puede saberlo, ya que los que tuvieron lugar en el pasado estaban condenados a nunca ser verificados o desmentidos. Además, tuvieron lugar durante un período particularmente fluido con rápidos desarrollos, intensa variabilidad del escenario económico, social y político y una gran polarización. Aquí también se necesita cuidado. Las encuestas no son un espejo de las preferencias de la sociedad, sino una instantánea de las tendencias que en ella existen, en un periodo de tiempo muy determinado (el del momento de recogida de la muestra).

Porque también existe la posibilidad de que esta táctica desencadene otro comportamiento electoral, el provocado por el “efecto desvalido”, es decir, el incremento de apoyo a favor de un candidato o partido en una elección provocado, supuestamente, por la comunicación o predicción del resultado probable de los indecisos.

Y todo esto está bien, pero también debería darse una respuesta de por qué hay tanta gente que cree en las noticias falsas y en las encuestas falsas. Generalmente la gente ve lo que queremos ver y cree lo que confirma lo que ya creemos.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo