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DE CAMALEONES, CHULUPIS, TRÁNSFUGAS Y OTRAS ALIMAÑAS

El diccionario de lengua española señal que tránsfuga es la persona que pasa de una ideología o colectividad a otra; también dice de la persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. Persona que huye de una parte a otra. Referirse del transfuguismo en política significa discutir uno de los aspectos más cínicos de la actividad política. La moral o la ética (los dos términos que hacen referencia a la misma realidad en latín mores, en griego ethos: lo que se refiere a la “moral”). Para Aristóteles equivale a conformar nuestras acciones con la ciencia, con las leyes para preservar la felicidad de la comunidad política: “El derecho es el bien político, es decir, la ventaja común”.

En Bolivia esta polarizado las tendencias políticas sin dejar espacios para las posiciones de nuevos actores políticos y ha creado amplias fisuras —por los intereses personales y/o de grupo, por razones de compra de voto y de candidatura, negociación ilícita, cohecho, etc. Los partidos políticos que experimentaron el impacto negativo de las deserciones—. Precisamente los denominados “cambalache de camiseta política”, se han convertido últimamente en amenaza para la solidez y estabilidad de las organizaciones políticas al no otorgar un marco de seguridad a la actividad ‘voluntaria’ de la política para los propósitos del bien común. Las organizaciones políticas merecen el rechazo de una mayoría ciudadana por la conducta inmoral y en otros casos de amoral.

A esta actividad los conocemos como “camaleones”, “pasa-pasas”, “hipócritas”, “operadores políticos” y en México como “chapulineo” derivado de chapulín que es el nombre popular de algunos insectos ortópteros nativos. Los tránsfugas son personajes traidores, individuos que quebrantan la lealtad para utilizarlo en beneficio propio, diestros y oportunistas, por cuanto ellos justificarían su actividad no sólo en función de la forma como llegaron al poder sino fundamentalmente por lo que hacen, justificando ser ‘independientes’, ‘que el partido en el que militaban antes había abandonado sus principios’.

Esta mala práctica está afectando a la actividad de la política. El transfuguismo es, pues, la causa y el producto de la crisis del sistema político y de la democracia a la boliviana, y nos hace ver de manera nítida el ocaso del sistema político haciendo que los ciudadanos honestos rechacen la política en general.

Es necesario el rescate de la dignidad de la actividad política. Las veleidades ideológicas de algunos políticos, que cambian de partido con la misma facilidad con que cambian de camisa, le está restando representatividad política. Es grave tal situación porque eso hace que propuestas autoritarias o figuras políticas con discursos populistas tengan un campo fértil para sus intereses. Sin la obediencia a la Constitución Política del Estado y demás disposiciones legales, no se atisba la voluntad política que fructifique en un respeto duradero de las libertades de los ciudadanos, aunque tampoco se vislumbran acciones que merezcan la estabilidad constitucional.

J. Waldo Panozo Meneces

Policía – Politólogo